viernes, 13 de noviembre de 2009

UN AÑO DE ESTATUARIO SOLEADO

º...la historia que ha narrado aunque fingida,

bien puede figurar el maleficio

de cuantos ejercemos el oficio,

de cambiar en palabras nuestra vida. -J.L.Borges

ºHace un año, exactamente del 12 de este mes, en una platica muy personal, una conocida me sugiriò escribir un blogg. Y ustedes saben, ¿no?, fue una de esas platicas que se tienen para decidir cosas importantes, tales como la que tuvo Roosevelt con sus chalanes sobre lanzar la bomba, como la que tuvieron los dueños del Atlante para cambiar de sede (por N ocasion) a Cancun, y asi, de este modo, ella me propuso la idea de hacer este su modesto blogg, y como puede constatar, usted se encuentra leyendolo. A continuacion publicamos una serie de texto, algo ineditos, de otras cosas que no publicariamos, joder! si hoy estamos celebrando! saquen el ajenjo y las caguamas, chingao. y como cosa extra, proximamente, tendremos una nueva seccion, esperela con ansia.

------------------------------------------------------------------------------------------------

..."cuando de niño, querìa ver el momento en que uno pasa de la vigilia al sueño: siempre que estaba apunto de asistir al milagro, me quedaba dormido: escribio Jorge Luis Borges"

Aqui en las oficinas de ES tenemos una cafetera, y para nosotros es todo un milagro que el agua que vertimos, quede despues de magicas evoluciones, covertida en cafe...aqui lo siguiente. (el texto figura en el reverso de una libreta de la materia de ortopedica, donde como es costumbre, la escritura resultaba un certero escape para la realidad)

U N O :Argentica, ferrea, yace ahi entre el amueblado antiguo. Alcàzar donde el secreo es resguardado, y de simple agua, por bello cafe trocado. ¿Que evoluciones ocurren en el interior?, verdadera alquimia de sabores y aromas que inundan de cada grieta del àvido paladar. Dinos cafetera guardiana, el sortilegio de los vapores que permieten tener en porcelana la magica conversion. Ta solo amargo y duro, voluntario como sufrir, otorganos, cafetera querdia, infinitas tazas mas.... (que tal?, despues algo dijeron de imporante en la clase y la prosa cafeiniezca desaparecio)

D O S: Poesia, para todo aquel paciente que tambien sufra el mismo mal que

De la más diáfana cresta del aire del aire vacuo

pude entenderte primero como un placer.

Toda tu, sola, única

te trocaste en una necesidad líquida

brotando de inmóviles lajas me ataviaste

de maná, sueño y almizcle

la realidad y fantasía no pude separar

Y ya han pasado algunos estíos

áureos y granas otoños de maple

permaneciendo discreta a mi lado

tatuaje invisible;

lunar de mis dedos ciegos

te descubren siempre una nueva sonrisa

quizá, el haz del alba

la estela de la tarde

o el motivo del girasol.

yo también torno a la búsqueda

por la alquimia secreta de tenerte lozana

erigiría la Babel imposible que me lleve

a tenerte eterna hasta el ocaso de mis días.

T R E S: para ti, hace tres años aprox, con su permiso, Sr. Sabines:

yo solo soy la vida que te acosa, y tu eres la muerte que resisto".....

º...la historia que ha narrado aunque fingida,

bien puede figurar el maleficio

de cuantos ejercemos el oficio,

de cambiar en palabras nuestra vida. -J.L.Borges

ºHace un año, exactamente del 12 de este mes, en una platica muy personal, una conocida me sugiriò escribir un blogg. Y ustedes saben, ¿no?, fue una de esas platicas que se tienen para decidir cosas importantes, tales como la que tuvo Roosevelt con sus chalanes sobre lanzar la bomba, como la que tuvieron los dueños del Atlante para cambiar de sede (por N ocasion) a Cancun, y asi, de este modo, ella me propuso la idea de hacer este su modesto blogg, y como puede constatar, usted se encuentra leyendolo. A continuacion publicamos una serie de texto, algo ineditos, de otras cosas que no publicariamos, joder! si hoy estamos celebrando! saquen el ajenjo y las caguamas, chingao. y como cosa extra, proximamente, tendremos una nueva seccion, esperela con ansia.

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..."cuando de niño, querìa ver el momento en que uno pasa de la vigilia al sueño: siempre que estaba apunto de asistir al milagro, me quedaba dormido: escribio Jorge Luis Borges"

Aqui en las oficinas de ES tenemos una cafetera, y para nosotros es todo un milagro que el agua que vertimos, quede despues de magicas evoluciones, covertida en cafe...aqui lo siguiente. (el texto figura en el reverso de una libreta de la materia de ortopedica, donde como es costumbre, la escritura resultaba un certero escape para la realidad)

U N O :Argentica, ferrea, yace ahi entre el amueblado antiguo. Alcàzar donde el secreo es resguardado, y de simple agua, por bello cafe trocado. ¿Que evoluciones ocurren en el interior?, verdadera alquimia de sabores y aromas que inundan de cada grieta del àvido paladar. Dinos cafetera guardiana, el sortilegio de los vapores que permieten tener en porcelana la magica conversion. Ta solo amargo y duro, voluntario como sufrir, otorganos, cafetera querdia, infinitas tazas mas.... (que tal?, despues algo dijeron de imporante en la clase y la prosa cafeiniezca desaparecio)

D O S: Poesia, para todo aquel paciente que tambien sufra el mismo mal que yo: la literatura, la poesia, la escritura, el arte en genral carajo, ta madre!.

De la más diáfana cresta del aire del aire vacuo

pude entenderte primero como un placer.

Toda tu, sola, única

te trocaste en una necesidad líquida

brotando de inmóviles lajas me ataviaste

de maná, sueño y almizcle

la realidad y fantasía no pude separar

Y ya han pasado algunos estíos

áureos y granas otoños de maple

permaneciendo discreta a mi lado

tatuaje invisible;

lunar de mis dedos ciegos

te descubren siempre una nueva sonrisa

quizá, el haz del alba

la estela de la tarde

o el motivo del girasol.

yo también torno a la búsqueda

por la alquimia secreta de tenerte lozana

erigiría la Babel imposible que me lleve

a tenerte eterna hasta el ocaso de mis días.

T R E S: para ti, hace tres años aprox, con su permiso, Sr. Sabines:

yo solo soy la vida que te acosa, y tu eres la muerte que resisto".....

jueves, 5 de noviembre de 2009

EL MIEDO: sufrir las palabras

De la màs humilde manera, aqui en Estuario Soledo queremos brindar el reconomiento al gran auntor que supo plasmar en concretas y bellas lineas lo que muchos tal vez hemos sentido.

F E L I C I T A C I O N E S-C O N G R A T U L A T I O N S-QUELLES BELLES MOTES

aqui reproducimos...............
y para quien quiera seguir: http://lassombrasazules.blogspot.com/

"yo, que quiero ser escritora y tantas veces no encuentro inspiración. Yo, que hablo demasiado a menudo de lo que no sé. La rabia, y los sueños que se alejan y se acercan como si los viera a través de un microscopio, y yo. Yo y mi sentimiento de angustia: "¿y si de repente un día pierdo la capacidad de convertir en líneas mis sentimientos? ¿y si nunca más puedo deshacer el nudo de mi estómago hilando frases en un documento de Word? ¿y si escribir deja de ser un motivo para levantarse cada mañana?". Yo y el miedo a la claudicación ante lo fácil. El miedo incluso a dejar de sufrir, porque quien no sufre no puede dejar la marca de su sangre caliente en cada palabra. El miedo a no ser feliz nunca. Yo y el pánico a los veinte. El miedo a crecer y yo. Y los pequeños gestos que de repente reconducen a las musas hasta mí, y aquella película que vuelve a tensar la cuerda que baja por mi garganta hasta llegar al estómago. Yo y una frase sincera en un libro: sin retórica vacía; llana; simple. El miedo a utilizar mal la puntuación, a poner faltas de ortografía o a repetir verbos. El miedo, que me para y me acelera, que coloca muros en mitad del camino y me lleva por atajos que nunca habría pensado tomar. Yo y el miedo a exponerme de manera tan evidente con este escrito, hecho un instante después de ver una maravillosa, pequeña película. Yo y el miedo a la tecla que borrará todo lo que he pensado en estos últimos diez minutos. Yo y el pánico a no saber cómo terminar correctamente esta entrada. Así que la dejo aquí, y así me dejo: expuesta, trasparente, con mis verbos repetidos y mis millones de defectos al escribir"

sábado, 24 de octubre de 2009

LA CATARINA

ºcatarina cabrona hija de puta, como te quiero, cuanto te quiero...
ºy la catarina no volò... :(

***Leidis and yentelmen...ñores y ñoras. Con mucho gusto, la prole de Estatuario Soleado se complace en presentarles el siguiente plato fuerte: LA CATARINA. La reciente produccion fue el resultado del ensamblaje, hibridacion y otras tecnicas de mejora de lo que fue DETHBED (tambièn ya presentado en este su humilde blog). Esperemos, sea de su entero agrado. Entre otras observaciones; este es un plato vasto. Si usted llegara a sufir xerostomia, xeroftalmia, vertigo, mareos, etc en pleno ejercicio de la lectura, sugerimos interrumpirla y reanudarla posteriormente.
En buena hora, hoy estrenamos LA CATARINA, que choquen esos vasos de cerveza, cafe negro, ajenjo o whikey: SALUD! CHEERS! À SES SOUHAITES!
Que empieze la funcion, que empieze!

LA CATARINA producida, dirigida, escrita, e idea original: Estatuario Soleado
Featuring: Sadie, Viktor y la Catarina
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Ante la vista de Sadie, el cementerio se extendía enorme. Blancas lapidas y tumbas de diversas arquitecturas contrastaban con el verdor el pasto recién cortado. Atardecía. Bajo el cielo claro los pájaros silbaban volviendo a sus nidos. La gente limpiaba tumbas, dejaba flores o meditaba frente a las cruces. Sadie llevaba un ramo de flores rojas en una pequeña cubeta. Pasaba reflexiva entre el mármol y la herrería oxidada de algunos sepulcros. A veces alguien con el rostro inexpresivo volteaba a mirarla
-¿Qué pensarán estas personas? ¿Aún sentirán la muerte de aquel ser? ¿Qué habrá dentro de sus rostros? Todos sanamos diferente de la muerte… -Pensó Sadie.
El viento soplaba tenue y dispersaba los aromas de la tarde: las flores, la hierba y humedad de tierra recién regada. Tras varios minutos llegó a la tumba que buscaba. Algunas hojas secas se acumulaban alrededor de la misma.
-Viktor, Viktor, han pasado tantos años. –Se dijo contemplando el epitafio y la fecha. Aún en su mente repitió otras veces más aquel nombre.
Dejó las flores a un lado y se dirigió con la cubeta hacia una llave de agua. Se detuvo antes de abrir el grifo porque un insecto caminaba sobre él: era una catarina. Y contemplando al diminuto organismo ella regresó a un pasaje en los anaqueles de su memoria.
…Era una niña, jugaba sola en casa. Repentinamente, del cuarto de sus padres, escuchó gritos como en otras ocasiones.
-¡Eres un maldito mal agradecido! ¡¿Cómo carajo pudiste hacerme esto?! ¡¿Por qué no me lo habías dicho antes?!...-Gritaba su madre. Se escuchaban golpes y objetos caerse, la discusión continuó por más tiempo.
-¡Arréglate niña, ahora mismo nos vamos! –Gritó su madre al salir. Fueron los tres a un barrio muy pobre que Sadie desconocía, llegando a una casa de aspecto hediondo rodeada de charcos, maleza y chatarra. Los recibieron un señor y una señora. Dentro, los padres de Sadie y aquellos señores estuvieron discutiendo. Sadie jamás olvidaría cuando en la pobre sala apareció un niño de apariencia insana, más o menos de su edad, que vestía harapiento; pero lo más lastimoso era una malformación en toda una mitad de su rostro, y al caminar, cojeaba debido a alguna anomalía. El niño comenzó a llorar; entonces, apareció una muchacha que era su madre. El padre de Sadie no alzaba la mirada, su madre contenía en sus ojos rojos el llanto y el coraje. Sadie comprendió lo que pasaba. Su padre había embarazado a aquella muchacha, y aquel niño de aspecto lamentable era su medio hermano.
Sadie no supo en qué concluyó todo. De regreso, ella y sus padres pasaron a una tienda donde vendían papalotes.
-¿Quieres un papalote? –Le preguntó su madre. En realidad, Sadie no deseaba nada.
-¡¿Qué si quieres un papalote?!, te pregunto –Volvió a decir su madre.
-Si –Apenas contestó Sadie, eligiendo uno rojo.
Antes de que llegaran a casa pasaron a un gran llano.
-Puedes ir a volar el papalote, aquí te esperamos –Le dijo su madre. Obedeció porque sabía que sus padres seguirían discutiendo.
Ella volaba el papalote sin convicción. La tarde era soleada, en el llano destacaba un gran árbol del que Sadie estaba cerca. Un chico se acercó a ella, tendrían los dos la misma edad.
-Hola, ¿me dejarías volar tu papalote solo un rato? –Dijo el recién llegado.
-Hola…si, ¿por qué no?
Y el niño dejó al papalote elevarse mucho más. Sadie se estremeció y sintió que llegaría a tocar el cielo. Al seguir su vuelo se deslumbró cuando el papalote pareció disolverse en el inescrutable disco solar. Súbitamente, se soltó una fuerte ráfaga de viento, el niño perdió el control y el papalote se enredó en el árbol. Los dos se miranron, Sadie solo alzó los hombros, el niño estaba apenado.
-Lo siento, no era mi intención dejar que pasara esto.
-No te preocupes, no importa, en realidad yo no lo pedí.
Se hizo un silencio incomodo.
El chico hizo más intentos por bajarlo, pero sólo consiguió que la cuerda se rompiera.
-Ya, te digo que no te preocupes, sé que no lo hiciste a propósito.
-En verdad lo lamento, me siento tan mal, tu papalote era genial. –Y el niño se sentó cabizbajo a la sombra del árbol. Sadie hizo lo mismo, los dos escudriñaban la hierba.
-¿Y cómo te llamas? –Dijo el niño.
-Sadie, ¿y tu?
-Viktor.
-Mira, Sadie, te regalo esta catarina por lo de tu papalote. –Dijo Viktor atrapando al insecto de la hierba entre sus pequeñas manos y depositándolo en las manos de Sadie, ella rió un poco.
-Muchas gracias, ¡¿pero, y qué comerá?! –Dijo sorprendida.
-¡Tienes razón! -Dijo Viktor arrancando un pedazo de corteza del árbol-, toma esto.
-¿Pero estás seguro que comerá esto?
-Si, y si no, ella misma buscará su comida, las catarinas son listas, y esta es tan roja como tu papalote.
-Bueno…muchas gracias. Tengo que irme Viktor, adiós. –Dijo Sadie levantándose y manteniendo la catarina entre sus manos.
-Claro Sadie, adiós.
Antes que ella diera unos pasos más para volver a donde estaban sus padres, Viktor le dijo:
-Sadie, ¿vendrás aquí otra vez? ¿Mañana por ejemplo?
Ella se quedó pensativa.
-Mmm.. si vendré, nos vemos mañana, ¿te parece?
-Está bien, hasta mañana entonces Sadie –Dijo Viktor agitando una mano.
Llegando donde se quedaron sus padres, Sadie notó algo de inmediato. Estaba su madre sentada en la banqueta, con las manos cubriéndose el rostro.
-Mamá, ¿dónde está papá?
-Hija; papá hoy no regresará. –Contestó su madre descubriéndose el rostro.
Y tampoco regresó al día siguiente, ni después del siguiente. Pasaron tardes incontables en las que Sadie estuvo con Viktor y su padre no regresaba. Los padres de ella pensaron que con lo del papalote se olvidaría de todo, pero no fue así. A la mañana posterior, Sadie se dio cuenta de que su catarina había escapado…
Aquellas imágenes revivieron con vehemencia mientras Sadie contemplaba la catarina sobre la llave de agua. El insecto se movía graciosamente y sin decidirse por un rumbo definido.
-¿Qué? ¿Serás tú la catarina que me regalaron hace mucho? ¿Ahora si te quedarás conmigo? –Pensó.- Anda, ¡vuela! Y le sopló tenuemente. La catarina batió sus alas y se perdió de vista. Sadie llenó la cubeta con agua y regresó a la tumba de Viktor.
Sobre la losa se leían las inscripciones, los años, el epitafio. Sadie acomodaba las flores de una en una sin dejar que cubrieran el nombre. Se oía el rumor del aire entre las plantas; la tibia tarde se desdoblaba de a poco, de a lento, en una evolución de diversas escalas. A lo lejos algunas personas asistían a un entierro; varias lloraban.
-A algunos les cuesta más trabajo enterrar a sus muertos, no sólo en la tierra, también en el recuerdo, aunque, bueno, quizá en el recuerdo nunca los enterremos. Alguien en verdad muere cuando lo olvidamos. Al final, regresamos a la tierra lo que en vida nos dio, nos tocará nutrirla como ella nos alimentó, y de alguna manera, nosotros alimentaremos a los que aún sigan con vida, o sigan después de nosotros. Es extraño hablar de esto ahora, ahora que estoy viva, y ahora que se y he sabido que algún día habré de terminar; pero, ¿y cómo habré de terminar?, no lo sé: como muchos han terminado antes de mí, y no sé cómo sentiré el interludio, el margen, entre la vida, y lo que le sigue, “la muerte” –Pensó Sadie deshojando una flor y dejando los pétalos caer en la ebúrnea losa. -No sé como sentiré…
La tarde moría, tibio el viento soplaba. Entonces, Sadie notó que un punto diminuto pasaba muy cerca de su rostro, y percibió como al final se posó en su pronunciado escote; era una catarina, no sabemos si la anterior u otra, pero ahí estaba: muy roja y con sus naturales manchas negras.
-¡¿Otra vez tú?!, ¡¿será que por fin ya te decidiste a quedarte conmigo?! –Dijo sonrojándose un poco. Puso su dedo y permitió que la catarina se subiera. Sadie la llevó lentamente hasta tenerla muy cerca de la vista. La catarina se movía desconcertada, abría por momentos su coraza permitiendo ver su veloz aleteo. Sadie se remitió a unos instantes en que Viktor aún estaba con ella.
…El padre de Sadie nunca regresó y con Viktor sucedieron tantas cosas. Crecieron juntos, jugaron y aprendieron juntos, y de igual manera gozaron y sufrieron esta vida; sin embargo, lo que mejor hicieron estando juntos fue descubrir que juntos estando se querían. Yacían acostados en la sombra de un árbol, eran jóvenes, aquella fue una tarde de otoño y la hojarasca los recibía en un áureo alfombrado. (Sadie suspiraba, pese a estar en la tumba, aun movía sus labios y en ellos sentía a Viktor)
-¿Recuerdas que en un árbol así arruinaste mí papalote? –Dijo Sadie, contemplando el amplio follaje.
-Si, ja ja, claro que lo recuerdo, pero no parecías demasiado afectada, ¿o sí?, jamás fuiste de esas niñas caprichosas.
-No, yo no, para nada, ja ja, pero tu si te veías muy preocupado, ya querías llorar, si te hubiera dicho que treparas al árbol para rescatarlo, ¡lo hubieras hecho!, ¡estoy segura!
-Oye, a mí porque sí me importan las cosas, nunca he sido un irresponsable.
-¡Eso no tiene nada que ver! ¡ya no sabes que decir! ¿y recuerdas lo que pasó después? –Dijo Sadie, tomando a Viktor de las manos.
-No, creo que no recuerdo… -Contesto Viktor, sonrojándose un poco.
-¡Ah! ¡Claro que lo recuerdas!: ¡me regalaste aquella catarina y madera para que comiera! En realidad fue lindo.
-Bueno, yo no sabía exactamente que comían las catarinas, ni ahora lo sé, fuiste tú la que preguntó que comería.
-Sí, ya, sólo quería saber si aún recuerdas todo eso, te digo, en verdad fue lindo, gracias. –Dijo Sadie besando a Viktor en la mejilla.
-Cómo no recordar ese día, como no…
- Jamás lo olvidaré, jamás… -Respondió ella suspirando.
-También ocurrió lo de tus padres, ¿no?
-Así es, ese día papá se fue y nunca volvió. Mamá se puso muy mal, pero nunca lo reconoció.
-Lo siento mucho, cuando te acuerdas de eso, a veces siento que no tengo las palabras adecuadas para decirte. –Dijo Viktor besando a Sadie en la cabeza.
-Ya, no digas nada, con que me escuches estoy agradecida, ¿pero sabes algo?
-¿Qué cosa?
-Ese día también te conocí, creo, no fue del todo malo, sin ti no sé qué hubiera pasado…
Cuando la tristeza se erigía entre los dos, una catarina se posó en el escote pronunciado de la blusa de ella.
-¡Mira!, ¡una catarina! ¿Será la de aquella vez? ¡Quizá la haya recuperado! –Dijo Sadie. Ambos miraban como la catarina se movía casi llegando al nacimiento de sus senos, -¿y te gusta esta catarina?
-Claro que me gusta, quizá sí sea la que te regalé. –Respondió Viktor riendo.
-¿Seguro que te gusta?... ¿y solamente la catarina?... ¡A que no! –Dijo ella inquisitiva.
-No, tienes razón, solamente la catarina no, –Viktor contestó mirando las delicadas formas de Sadie-, te juro que solamente la catarina no…
Y no volvieron a reparar en la catarina. Sucumbieron al lance de cuerpos, a la sed que sufrían de sí mismos, siendo el otoño, la hojarasca y el árbol; testigos y cómplices de su afecto. Fue una conspiración de asimetrías y respiraciones, perfiladas a que se encontraran uno a través del otro, a sentir, tan solo en un instante, la eternidad en sus cuerpos…
Las imágenes y la memoria hicieron que perdiera la noción del tiempo. Comenzaba a anochecer, algunos faroles se habían encendido alumbrando con una extraña luz de cierto matiz azul que hacía refulgir singularmente el mármol de las tumbas. La catarina seguía inmóvil en el dedo de Sadie, sus antenas y cabeza apuntaban hacia la vista de ella como tratando de comunicar algo. Voló, pero Sadie advirtió que se había posado en la losa, justamente en el centro de la palabra Viktor. Sadie se reclinó ligeramente para observar mejor al organismo, sus naturales manchas negras resaltaban el rojo sangre. Y en ese mínimo ente Sadie recordó todo desde cada ángulo del pasado, sintió la fatalidad y precisión de los instantes acaecidos, donde años atrás, en los últimos momentos con Viktor, se erigió el escenario de su soledad actual. Dolorosa, y tal vez involuntariamente, protagonizó de nuevo aquella memoria sombría, aquel último diálogo en el lecho de muerte, Sadie se esforzaba por no llorar, por modificar el vertiginoso curso de sus sentimientos, sin embargo, volvía a extraviarse en el laberinto de las memorias.
…había llegado el final, el verdadero final. Nunca esperaron un desenlace perpetuo y desgarrador sin remedio; la escenografía; un cuarto de hospital, la obra: una tragedia imprevista, y del guión: se dijo lo mejor que se pudo.
(una primera lágrima corrió en la mejilla de Sadie, la catarina seguía inmóvil)
…resuello:pausa, resuello:pausa, la respiración de Viktor era dificultosa. Aquel cuarto de hospital olía a alcohol, la noche se filtraba por una ventana. Resuello:pausa, resuello:pausa, a veces Viktor tosía y se cubría la boca con un paño que se teñía profusamente de sangre. Sabían que no había mucho que decirse. Ella tenía tomada una de las manos de él, la pegaba a su rostro y la besaba.
-Estás frío, ¿no quieres que te ponga otra cobija?
-No, gracias, pero quédate conmigo, me siento tan solo.
-No temas, aquí estoy
Cada que él tosía apretaba la mano de ella, algo en su interior no le dejaba expresar bien el dolor que se manifestaba resaltando más las líneas de expresión facial, en todo su rostro se había formado una fina capa de sudor.
-¿Te sigue doliendo mucho?, puedo decirle a la enfermera que te den más anestesia y descanses un rato.
-Ya no tanto, pero no llames a nadie, no quiero dormir.
-Necesitas dormir, has pasado mucho tiempo despierto, descansa por favor. –Dijo ella, acomodándole el cabello.
-No he dormido tanto porque quiero seguir cerca de ti, porque te amo, si me duerno no se que pudiera pasar. Me da miedo dormir y no despertar.
(Sadie no podía contener el llanto, un encargado del cementerio estaba cerca, la catarina caminaba.)
-No es necesario que hagas tal cosa, yo también te amo, pero necesitas descansar.
-Si durmiera y no despertara, no te volvería a ver, ni a decirte cuanto te amo, o pedirte perdón por todo, como ahora lo hago, como ahora escucho tu voz.
-Lo sé, yo también te amo, y todo te he perdonado, no tengas arrepentimientos, pero por favor descansa.
-Gracias, en verdad me conforta más tu presencia, me ayuda a manejar mejor este dolor.
-Te digo que si te sigue doliendo mucho pueden darte más anestesia.
Resuello:pausa, resuello:pausa, su respiración se forzaba más, el cansancio era notorio en su voz.
-No es un dolor físico, es algo que no sé definir, es una incertidumbre; algo que nunca había sentido. –Viktor sufría, alguna lágrima se disolvía en el sudor, Sadie trataba de no llorar.
-Trata de no temer, voy a estar aquí todo el tiempo, si pudiera te ayudaría con esa carga, haría todo lo que fuera…
-Gracias, Sadie, por todo gracias, cuanto te amo.
-Viktor, yo también te amo, no me gusta verte sufrir así. –Le besó la mano, le secaba algo del sudor.
-Ya, no te preocupes de más, tal vez lo han sentido muchos, creo que se tiene que aceptar, has estado aquí y eso me ha ayudado. Ella lloraba discretamente.
-Te amo tanto. –Dijo ella.
-Y sabes que yo también.
-Pero no quiero que te vayas.
Resuello:pausa, resuello:pausa, entre cada respiración el silencio se prolongaba más, habían más accesos de tos, la musculatura del cuello se contraía, él adquiría posturas instintivas para defenderse del dolor físico, sus manos se crispaban, los abdominales estaban tensos, el diafragma convulsionaba el pecho.
-¡Sadie!, cuanto te amo, querida, como te amo, te aseguro estaré cerca de ti…
(Trataba de no llorar más, la catarina seguía en la losa, alguien se acercaba trabajosamente)
Resuello:pausa, resuello:pausa, pausa, pausa… todo había concluido en aquella última línea, el fino límite se había disuelto; y en el cuarto lo único audible fue el sollozo de Sadie…
“Cuanto te amo, querida, como te amo, te aseguro estaré cerca de ti..” esas últimas palabras fueron lo último que Sadie siguió escuchando, y se repitieron otras veces más hasta desaparecer en el presente. Quedaba un poco de luz, que mortecina, cedía paso a la noche que se extendía. Sadie contemplaba la catarina caminar. Deslizó la mano sobre la loza para tocar al insecto, pero este se alzó en vuelo, revoloteó un poco, y alterando su curso, tocó un instante los labios de ella; y en ese instante, único, febril, intenso, que durara menos de un segundo, Sadie sintió nuevamente los labios tibios/fríos de Viktor, la orgánica humedad, el aliento vago, la misma presencia de él; todo esto en menos de un parpadeo, aún estando en ese lecho de loza fría y naturaleza dispersa. Al final, notó como el diminuto bicho desapareció volando en el profundo cielo. Sadie salió del trance, un hombre se acercó a ella.
-Buenas noches, disculpe, ya vamos a cerrar.
-Sí, gracias; entiendo... Contestó estremecida mirando el malformado rostro del hombre, sintiendo la turbia inexistencia de lo estético; y, como en la primera y única vez, el hombre se retiró caminando penosamente, dejando a Sadie naufragar en medio del pasado.
y entonces; recordó…

domingo, 11 de octubre de 2009

PASAJES

ºcomo lo saben, para todos los que ejercen este sufrimiento.

I
A solas con mi pensamiento,
sumergido en este acto:
de sufrir las palabras,
de evocar las imágenes,
y al final preguntarse;
“¿Qué es en verdad todo esto?”

II
De noche. Refulgentes,
constelaciones de palabras,
se sueña al instante,
la inmensidad del lenguaje.

III
El bolígrafo duda,
se extiende su sombra.
Mudo es el papel,
espejo de realidad,
donde temblorosas la mano,
ignora que decir.

IV
Dudar es dolor por la verdad.

domingo, 4 de octubre de 2009

ENTRE LOS DIAS

toca turno a un poema.
ºpara todo aquel que sufra (voluntariamente) las palabras
*oh, es probable que el formato original se altere
------------------------------------------------------------------------------------------
Relojes de péndulos profundos.
Goteras que no callan.
Piezas secretas que algo ocultan.
Materias incipientes, pensamientos
que conjeturo y cuestiono.

Entre los días he escuchado,
una voz repetir mi nombre,
a tan distintos intervalos,
concreta y a la vez inespecífica.
Me llama y creo quiere
esta lucha con las palabras,
el tiempo y cada suceso.

Entre los días entreveo líneas,
lugares y diálogos en mis puños,
que crispados no entienden
la belleza, del arte los arcanos;
aun tantos conceptos
que apenas indago en la razón.

Entre los días y las horas
quisiera la verdad saber
sobre este sueño,
sobre esta incertidumbre,
el regocijo y el dolor;
en fin cosas que en las galerías
de mi corazón y conciencia
aparecen nebulosas,
concretas como vidrio,
cual humo inasibles,
mas a pesar del esfuerzo supremo
permanezco en la disartria
o tiemblo en la ceguera.

Entre los días dudo,
la oscuridad me circunda,
y también invento alguna luz.
Entre los días hay congoja,
risas, llanto,
en este camino elegido de palabras,
que esperando entre los días
y entre las dispersas hojas,
de mi vida sea curso y conclusión.

lunes, 21 de septiembre de 2009

UN ROSARIO POR ESTELA

Las perlas son el producto de una reacción de enquistamiento de una partícula extraña dentro del cuerpo blando de los moluscos, especialmente en los bivalvos. Las perlas más conocidas son las consideradas como gemas o piedras preciosas, por su simetría y su particular lustre. Las perlas preciosas son producidas en su inmensa mayoría por las ostras pertenecientes a la familia Pteriidae.
Las perlas naturales se forman cuando un cuerpo extraño penetra al interior del cuerpo del molusco, el cual reacciona cubriendo lentamente la partícula con una mezcla de cristales de carbonato de calcio (CaCO3) y una proteína llamada conchiolina, formando la sustancia conocida como nácar, que es la sustancia que forra la cavidad paleal del animal (las paredes interiores de las valvas). Al cabo de un período variable la partícula termina cubierta por una o más capas de nácar, formando una perla. Al estar compuesta mayoriamente por calcio, estas se disuelven en soluciones acidas.

ºººyeah, por la santa wiki, a quien no ha dado soluciones inmediatas a algun problema; en este caso, no fue la excepcion.

ºººchale, perdonanos Sadie; just smile dear

ºººEn esta ocasion, ES presenta el siguiente trabajo. En ES no nos hacemos responsables por contenido trasmitido. Aleje a los niños y machos man si estan cerca. Esperemos, este platillo sea de su agrado

************************************************************************************

Noche lluviosa. Habitación lóbrega. A intervalos, el destello de los relámpagos devela todo momentáneamente. En una ventana escurre el agua, la soledad, y a través de ella; el exterior es difuso y sin sentido. Antes de empezar un rosario por Estela, Sadie contempla absorta las llamas de un quinqué sobre la mesa. Piensa, indecisa frota cada perla. La llama provoca que una botella de vino y una copa extiendan su estática sombra en la raída superficie de la mesa. Cae un relámpago, retumba el trueno, todo se revela albo.
Aprieta las cuencas en sus manos, pega la cruz a sus labios, maldice, ama, extraña, no recuerda cómo empezar un rosario, la llama parece reavivar en ella los rescoldos, el instante pretérito; la lejana pasión:
…yació en innumerables lechos de tantos hombres, como tantos hombres lo hicieron en el suyo, y también en innumerables veces, resultó herida, rota, parcialmente destruida. Amar le trajo amargas consecuencias. Sin embargo, pareció que los engranajes del amor cambiaron cuando conoció a Estela. Ella había devuelto a Sadie la esperanza, le ayudó a cicatrizar las llagas, hizo que entendiera que la dignidad era de lo más importante.
Fue una noche serena, estrellada; no solo en el exterior, sino también en ese cuarto en que estaban las dos iniciando el preludio de su obra. Estela era un poco más alta que Sadie, estaban abrazadas viendo el nocturno paisaje desde una ventana de la alcoba.
-Nunca antes habíamos estado así. –Dijo Estela, levemente al oído de Sadie.
-No, tal vez no habíamos tenido tiempo. –Contesto Sadie.
-Ahora hay que gozarlo; vivirlo lentamente.
-Así es, en verdad no parece que hayamos estado tanto tiempo juntas.
-Tienes razón, el tiempo se nos ha ido tan rápido, gracias Sadie, te quiero tanto.
-No tienes nada que agradecer Estela, yo también te quiero.
Las lacias cabelleras de ambas se unían en un mismo delta para desembocar en la piel de la otra, la de Sadie: nevada, la de Estela: arena. Sadie atraía a Estela para besarla, Estela la estrechaba por la cintura. Reían, se acariciaban, el silencio era cómplice.
-Dicen que Sirio es la estrella más brillante que se puede ver desde la Tierra. –Dijo Estela, contemplando la oscura y punteada bóveda.
-¡¿En serio?!, ¿y cuál es de todas esas?
-¡No lo sé!, creo que lo leí, ja ja, lo dije por tus lunares negros en tu piel clara, a veces me parece que son como estrellas o constelaciones.
-¡Estás loca Estela!, ja ja, ¡no sabía que también eras astrónoma! –Replicó Sadie.
-No te lo había dicho, era un secreto, en realidad, lo soy solo de ti.
-Entonces está bien, pero solo estudia mis constelaciones.
-Pues si tu permites verlas una vez más… -Dijo Estela, besando a Sadie en el cuello.
-Las veces que quieras… –Contestó Sadie, apenas en un susurro.
Sin saber cómo, sin pensarlo, sin haber tenido conciencia de sus movimientos, ambas se encontraban casi tendidas en la cama. El pálido fulgor lunar era lo único que iluminaba la pieza. El relente, se condensaba lento en el cristal de la ventana. Un beso tras otro, el dulce crepitar, asìanse, recorrían cada rumbo de sí mismas. El cauce de sus emociones se desbordaba lento, y lento, se iba cada una desprendiendo de la ropa. Fue así como Sadie descubrió el rosario, estaba resguardado en el mejor altar que hubiera conocido: pendía del cuello de Estela, cada perla nacarada contrastaba con su piel morena, y descendía hasta quedar la cruz y ultimas cuentas resguardadas entre sus pechos. Fue hermoso. Sonríe. No puede borrar de su mente aquella imagen delirante. Besa la cruz.
Sus cuerpos estaban sin envolturas, sus torsos aproximaban la simetría. Fueron dos estatuas, Sadie: concebida en marfil, Estela: de ébano tallada. Repasaban cada relieve buscando nuevas rutas. A Sadie le gustó mucho ese rosario, pendía perfecto del cuello de Estela. Deseó más que nunca ese cuello, lo acariciaba, tomaba entre sus manos cada perla. Descendió, sintió el corazón de Estela galopando, hasta llenar de besos la cruz y el templo que la albergaba. Esa cruz que ahora tiene entre sus manos, y en sus manos y labios todavía siente los tibios senos de Estela.
-¡Qué bonito rosario! –Dijo Sadie.
-¿Te gusta mucho?
-Sí, es genial, es hermoso. –Contestó Sadie, acariciándolo, contemplándolo entre los senos de Estela.
-Te lo regalo, como otro recuerdo, pero tienes que prometer algo.
-¡Si!, ¡si!, lo que sea, ¿Qué tengo que prometer?
-Cuando me vaya, tienes que rezar por mí un rosario, ¿lo prometes?
Sadie enmudeció, sabía que era un hecho que Estela se marcharía.
-Está bien, pero no quisiera que te vayas.
-Sadie, lo hemos hablado tantas veces, es inevitable, no hagas esto más doloroso. Anda, tenlo, ahora es tuyo. –Dijo Estela, colgándole el rosario a Sadie, su mirada era un poco vidriosa al contemplarlo pendiendo entre los senos de Sadie. Sonrió nostálgicamente.
-¿Sabes algo? –Agregó Estela, tocando el rosario.
-¿Que cosa?
-Je l’ai acheté à Paris, c’est beau, non?
-¡Oh!, ¡¿que dijiste?! Solo entendí algo de Paris.
-Sí, que lo compré en Paris.
-¿En serio?, parece muy caro. ¿Y cómo es Paris?
- Oui, c’est vrai qu’Il a été très cher. Et Paris est simplement un lieu charmant…ja ja, si, se supone que es de perlas reales, y me costó muy caro. Y Paris es un lugar encantador.
-Debe ser una gran ciudad, ojalá algún día pudiéramos ir.
Sadie suspiró, besó a Estela
-Dime algo lindo en francés.
-Chère Sadie, tu es tellement jolie, je t’aime plus qu’à ma vie ! Tu es l’unique que je veux, juste toi, on aime, juste toi et moi, dans ce moment, je t’aime, sur cette nuit.
-¿Qué me dijiste?, ¡algún día tendrás que enseñarme francés!
-Querida Sadie, eres tan linda, te amo más que a mi vida, eres lo único que quiero, solo tú, amándonos, solo tú y yo, en este momento, te amo, en esta noche…
Y sucedió la eterna noche, la noche mágica, la que Sadie recuerda. Nada le importó más que Estela, tan solo ella, la dueña del rosario guarecido entre sus senos. Se amaron hasta el cansancio, hasta que terminaron agotadas, exangües, hasta no haber entregado todo. La soledad e inexistencia quedaron parcialmente anuladas de sus vidas en aquel instante que fuera la eternidad. Estela forró de besos el cuerpo de Sadie sin dejar el mínimo pliegue sin recorrer. La abrazaba, las estrechaba hacia sí, clavaba las uñas en su espalda, en sus muslos, mordía su cuello y oídos. La esclavizaba entre sus piernas, jadeaba, sonreía, ronroneaba; todo aquello como el cielo.
Sadie amó más que nunca, más que a sí misma y todas sus creencias. Sadie amó no por hacer cosas diferentes, sino porque al hacer lo mismo, reinventó lo cotidiano. No pensó en otra cosa más que ese acto de la alcoba. Subyugarse dentro del cuerpo de Estela era ligero, placentero, dominante, su pulso desbocaba, sus labios se humedecían y le pareció mejor que todas las efímeras eyaculaciones sin sentido que alguna vez recibió. Juró lealtad a Estela, su Estela, la única y lo único en su vida. Después de todo, ambas se encontraban disminuidas, ligeras, en la esencia de ser auténticas, abrazadas y sin hablar mucho. Esperaban serenas, rendirse al sueño.
Sadie suspiró.
-¿Por quién suspiras?
-Por ti, Estela, solo por ti.
-Te amo. –Contestó Estela
-Yo más, pero dime que me extrañarás mucho, mucho, y que nunca te olvidaras de mi.
-Claro que te extrañaré, demasiado, y obviamente nunca podría olvidarme de ti.
-¿Me lo prometes?
-Prometido.
-…¿Estela?
-Dime Sadie.
-¿Pensarás en mi todos los días, verdad? ¿Cómo se diría en francés?
-Oui, Je vais penser toujours à toi, ma vie, ma Sadie ; ma chère Sadie…
***
Cae un nuevo relámpago, todo se ilumina. El rosario parece adquirir un nuevo matiz entre los dedos de Sadie. Besa la cruz, recuerda los senos de Estela, desea al momento hacer más suyas las memorias, el pasado, cada minuto acontecido. Sirve vino hasta los bordes de la copa, y en ella, deja caer el rosario; la alcalinidad cede a la acidez. El acto está casi concluido. Y como lo hizo Cleopatra por Marco Antonio, Sadie brinda por Estela, no sin antes persignarse y decir: Santa Maria, madre de Dios, ruega señora por nosotros…
Apurada la copa y elevada la promesa, Sadie sabe que en el baño alguno de sus infructuosos amantes dejó navajas de afeitar. Oxidándose; la esperan.


martes, 8 de septiembre de 2009

LA PRIMERA LLUVIA

¿Quien es aquel de nosotros que, en sus dìas de infancia no ha soñado el milagro de una prosa poètica musical, sin ritmo y sin rima, y lo bastante docil y contrastada para adaptarse a los movimientos del alma, a las ondulaciones de la ensoñaciòn y a los sobresaltos de la conciencia?::::
-CH.B. magnifique, formidable, très bien, sì beaux, je t'adore

ºOra pues, vamos a darle. Ahoy mesmo la tripulacion de ES era re harta feliz por presentarles La primera lluvia, si patron, sabemos que su merced ya leyò estas lineas, y que jueron publicadas aqui mesmo, pero le aseguramos jefecitos, que es una versiòn mas chula que la primera.

ºVenga, por estas primeras lluvia, que nos hacen ahogarnos en nuestros pensamientos, al estar solos en casa y arrellanados en nuestras camas, por estas lluvias que nos decir cosas como"-chingao, ya empezò a llover, puta madre apurate que ya va a llover"- por estas lluvias, que nos dan buen pretexto par gastarnos un cafe y un cigarro mientras matamos el tiempo en frente de la tv, venga! por estas lluvias!

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En cromáticas escalas, de soleado a nublado, el día se trocó. Llegó el gélido cierzo que revuelve la hojarasca y devuelve las memorias de precedentes inviernos. De este modo, la primera lluvia del año cae. Limpia la ciudad, corre por las calles formando riachuelos imprevistos, arrastra basura en los inmundos arrabales, fecunda las horas secas ablandando los momentos presentes. Desde esta casa, sin ti, contemplo la primera lluvia del año. Me gustaría disfrutarla contigo, ambas, son frías, melancólicas y libres. Los pesados cortinajes de la casa esconden brunas y grandes mariposas, las goteras susurran tu nombre, y cae la primera lluvia del año. En los ángulos de los cuartos resuena el golpeteo del agua; algo dice desde su líquida entidad: ausencia, imagen, conjeturas. Cae la primera lluvia del año, me gustaría contemplarla contigo, tal vez no sería tan triste, ni de otro modo, este momento tan oscuro. Los árboles se mecen, las ventanas se llenan de vaho, y en ellas escurre la soledad. La primera lluvia del año es oportuna, ha venido a limpiar los retazos de pretéritos errores, y ahora, corre directo al drenaje del olvido. La primera lluvia del año es extraña, y en ella, te siento más. Cae la primera lluvia del año, los grillos callaron, las ratas buscan otras rutas y orinan en los marcos de las puertas, contemplo esta primera lluvia sin ti. El cielo es un espejo turbio, no deja discernir entre la pena y el goce. Cae la primera lluvia del año, el agua limpia las baldosas, se extiende hacia indefinidos rumbos, donde lejanos, en brumosos horizontes nos pensamos.