I.
Eres agonía en palabras,
aún palpitantes, tibias,
que tal vez ya deba matar.
Eres años vertiginosos
en los que no supe qué significaba tu nombre
y ahora esos años rompen como olas….
-“And the waves broke on the shore”
II.
Traición de mí mismo.
Mi cobardía, mi confusión;
erigí laberintos entre nosotros.
Soy una herida crónica,
una cicatriz adherida
a los planos inferiores de mi razón,
donde se anquilosa mi pensamiento
en hielo, eco y memoria.
De ti una hojarasca
cubre los trechos de mi senda,
me sepulta en imágenes:
tú aquel día,
tu primer perfil,
tú ahora; ya dispersa…
III.
Fuimos un asedio inconcluso
a murallas de silencio y pasiva espera.
A pesar de largas estaciones
no rendimos nuestros labios
ni aún en provocadas cercanías.
Fuiste mis primeras líneas,
malas e ingenuas;
ni siquiera las presentes
mejoran en sus trazos
que te escriben en nostalgia.
Fuiste el espejo de mi idiotez,
mi ceguera, fuiste mi orgullo imbécil;
mi putamadresoyunpendejoal recibir mis ojos,
tu ausencia en áticos pretéritos
donde se arrumbó todo en olvido.
Fuiste aquella mañana de otoño,
el día en que conjeturé mi esperanza en tu piel,
y cierto dolor al instante,
de intuir fatalmente en tus ojos
la profundidad de otros cielos.
IV.
A los tactos, a las imágenes,
se adhiere el polvo y el tiempo;
hay telarañas en los ángulos.
Entre nuestros diálogos,
entre nuestros vestigios,
andan las ratas, se esconden las palomillas
y la luz muere.
Abro cajones ruinosos y encuentro
intermitencias que ignoro cómo prolongar.
V.
Serás mi fatigada escritura;
desgarrada e incompleta,
tinta de incertidumbre
y llovizna de días grises.
Serás todas mis lanzas rotas,
la oxidada hoja de mi espada
que aún en su vaina y malas peleas
terminó perdiendo el filo.
Serás batallas contra el tiempo
y cartuchos quedamos;
serás yo atrincherado en miedo,
seré tu alejándose en niebla
hacia donde no sé quien ya eres.
Siempre y nunca
serás estos versos
que al ser leídos
habrán sido
y seguirán siendo,
la fibrosis de mi voz al repetir tu nombre
ya en mi garganta calcificado.