Lo es todo y nada
asesinar para tenerlo
llorar, mendigar, prostituir
hacerse el desgraciado
trabajar en los cruceros
(o en donde
sea)
para comprar cualquier estupidez en la primera tienda.
Lo es todo y nada
pagar un hospital privado
o sobrevivir en uno público
viendo como unos fallecen
como otros salen
solo viendo…
que lo es todo para estar en un lugar mejor
(quizá Londres o en la sala viendo plácidamente el fútbol).
Lo es todo y nada
vivir pudriéndose en él
morirse en vida
y entonces la muerte
para definitivamente pudrirse.
Lo es todo y nada
mierda, sangre,
cognac o whiskey
y hasta ediciones exquisitas de Ezra Pound.
En México tantas ratas lo roban
desde sus madrigueras pútridas (o públicas)
y sin roer bien la carroña.
¿Entonces?
Morimos unos
mueren otros,
sus sombras yacen desparramadas en las calles y en la
memoria,
famélicas, con los rasgos de la codicia.
Lo es todo y nada,
yerto en nuestras billeteras
como plusvalía
y siendo una “mejor” navidad para los chicos.
Lo es todo y nada, ese hijo de puta.
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