martes, 27 de mayo de 2014

DIOSES Y MONSTRUOS

"Ser poeta no es ambición mía, es mi manera de estar solo" - Fernando Pessoa

"Life imitates art" -Lana del Rey




Herencia

He confrontado conciencias desfasadas y vigentes
oráculos de prodigiosos mundos
vestigios de maldiciones y presagios
gracias al trazo de los dioses y monstruos.
Entre los días, todos los días             dominan las sucesiones
de imágenes
            de hitos
                        de secretos caminos en el alma
que convergen en los intersticios
dónde los dioses y monstruos habitan
tendiéndome sus manos nebulosas
para estrechar el coraje o elegir el miedo.
Dónde conocí el odio, hiriendo rostros,
sentí también la complejidad del amor y su entramado
hacia mis dedos trémulos, impetuosos,
que por más escritura prolongaran
no sería más que un parcial desapego de los dioses y monstruos.
De esta tierra moldeé los primigenios instantes
que a la postre serían las reverberaciones,
miedo circundante, visiones lejanas,
intuición,
el deseo, la materia de lo fugaz y perdurable;
al erigir mis ciudades sin nombre
donde el viento tergiversa la memoria
y disemina la insania y el delirio.



Dioses

Desde donde el viento musitó las certezas
llegan a mi las voces intermitentes
invitándome a entrar en los umbrales luminosos…
¿podría ser la certidumbre de mi cordura,
la justificación de ser en el universo?
Los dioses no se han extinto en mí,
ufanos de mi gloria y mi caída,
disgregaron el centro de todos mis actos.
He vislumbrado el camino de vuelta de los muertos
dónde hoy ya no le temo a la vastedad del cielo.



Monstruos

Me dieron la sed que no necesitaba
mis espejismos
la voluptuosidad
whiskey, cerveza, prejuicios…
Sensibilidad a los contornos,
a los matices, a buscar el dolor
deshaciendo las líneas de mi mano.
Otorgándome las preguntas
fue su única maldición.
De sus mareas se quedan los fantasmas
las osamentas y los ecos turbios,
que me llaman, me llaman a que flote
en las aguas donde uno muere incompleto.
Saben de mi necesidad de silencio
esas voces que no son voces
que escucho pero no son mías.
Nunca respuestas
cada vez más preguntas.
¿Por qué me masturbo con las sombras?
¿Por qué vislumbro los estragos?
Cada minuto turbulento espera su turno
y este llegó ya.



***

Hoy necesito dormir afuera de mi
verme de lejos
desde la otra orilla de la noche,
en la transición difusa del sueño y la vigilia
para poder reescribir los renglones torcidos,
asumir el espacio del silencio
y descifrarme en laberintos subconscientes.
En los dioses y monstruos
sentí la ambigüedad, los espectros,
el placer entre los muslos de mujeres de espuma.
Los dioses y monstruos
me dieron las páginas y los espejos,
añadiendo la maldición de mi escritura,
puta, pretenciosa, finita,
que trata de abarcar todo en su cadencia,
al menos yo,
entiendo mejor los reflejos.



***

En este enfrentamiento con el mundo
he de lograr la emancipación
de los lazos
de la otra vida y sus raíces anacrónicas,
para beber siquiera a sorbos
el dolor, la fama y la gloria,
o un cauce ecléctico,
al menos póstumos.
Quizá Dios esté muerto
            o disperso
                        incomprensible aún.
Quizá los demonios sólo se escondan bajo la cama
en las grietas de la memoria
            o ellos seamos nosotros.
Aún no pierdo mi instinto
de temer la muerte en vida,
de odiar mi anquilosamiento en las crisálidas,

            ¿porque no agonizar mientras despierto?

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