donde la luz no alcanza el pensamiento
donde los días sucedidos frágiles
fueron depuestos en el celofán de la memoria.
A veces se oye “Jennifer”, murmurada por la hojarasca,
entre las hojas yace la senda de sus sueños,
la estela de sus días,
omnívaga y risueña;
trazó su propia constelación en secretas noches.
Jennifer es postergación irrevocable del olvido
ella es silencio arraigado en el recuerdo,
la continuidad de sus ocho letras es un oleaje
que devuelve infinitamente su voz allende la bruma.
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