domingo, 6 de abril de 2014

EL HOMBRE MEDIOCRE, José Ingenieros

"La genialidad es una coincidencia"


Acabo de leer "El hombre mediocre", de José Ingenieros. Librillo que alguna vez me habían recomendado, pero del que no sabía gran cosa así como tampoco de su autor.

La naturaleza de la obra es un tanto filosófica, sin embargo, no es tan ilegible y uno puede ir siguiendo el flujo de ideas de manera continua para obtener alguna conclusión, ejemplo o aplicación a nuestra cauce cotidiano. En general, "El hombre mediocre" versa sobre la conducta humana en los niveles de genio y talento frente a la mediocridad, así como algo sobre ideales, llaneza del pensamiento y las acciones y explicaciones consecuentes de ser nosotros. Si se me puede permitir la siguiente reflexión, de cierto modo es un libro de auto-exploración o ayuda para que el que guste sondear su conducta así como los reflejos que vemos en nuestra vida diaria y en la sociedad.  A grosso modo, abarca una serie de análisis que van desde el individuo hasta la sociedad, conjuntando de paso algo sobre política y poder, todo en la medida de las formas de pensar y actuar; que pueden ser sobresalientes o promedio.


Disfruté mucho "El hombre mediocre" puesto que hice ese "click" con muchas ideas propuestas, así como logré una conexión con pensamientos que ya había intuido y sentido, pero mi inexperiencia o limitaciones no me permitían concretarlos en líneas o ideas uniformes. Como propuse anteriormente, este libro nos propone adentrarnos en nosotros, en nuestros patrones de conducta, hasta su consecución en la realidad. Se aborda el tema de los errores, que en buena hora argumenta, son necesarios y admitidos para que el individuo alcance la mejoría en un proceso constante donde la perfección va cambiando y requiriendo nuevos adeptos.
Otra de las dualidades que se bordan son los ideales frente a la conducta mediocre y servil. Es por medio de los ideales (ya sean correctos o falsos) que el individuo dejará una estela indeleble tras de sí, y lo hará resaltar de entre esas masas de "hombres mediocres" sumidos en la uniformidad de pensamientos y acciones.
Igualmente, "El hombre mediocre" carga contra la rutina, contra los mismos espacios cotidianos y la vorágine de las ideas imperantes que quiere hundir lo nuevo, las divergencias en cuanto a acciones y pensamientos. De la lectura, extraigo algunas líneas que me parecieron brillantes y lúcidas.

La genialidad es una coincidencia. 
Y a qué sí, a veces la genialidad es un momento de inspiración súbito, y que no obstante, es el trabajo lo que volverá esa a esa genialidad perfección o trascendencia.


Los ideales pueden no ser verdades; son creencias. Su fuerza estriba en sus elementos efectivos; influyen sobre nuestra conducta en la medida de lo que creemos.
¿Y porque no aplicarlo a nuestra vida? ¿Porque no forjar un "ideal" de ser mejores en nuestro trabajo, o para influir positivamente en la vida de los demás? Tener un ideal de ser nuestra mejor versión.


Arístoteles enseñaba que la actividad es un movimiento del ser hacia su propia "entelequia" : su estado de perfección.
Argumentando que muchos conceptos de esta obra están vigentes, y que puede ser fácilmente aplicados a nuestra cotidianidad, ¿cuánta gente no observamos que se encuentra anquilosada? Detenida en el pasado, con las mismas quejas e ideas inmutables. Y que dicho "estancamiento" (tanto intelectual cómo físico) les impide alcanzar esa posible perfección dentro de todos sus posibles destinos (aún siendo a veces el destino inescrutable o no a merced de nuestro completo control).


Sin ideales sería inexplicable la evolución humana. Los hubo y los habrá siempre. Palpitan detrás de todo esfuerzo magnífico realizado por un hombre o por un pueblo. Son faros sucesivos en la evolución mental de los individuos y de las razas. La Imaginación los enciende sobrepasando continuamente a la Experiencia.
¿El ideal de la libertad, de la igualdad, de la paz? Uno puede conjeturar y llevar este ejemplo a muchas versiones y divergencias. Ya es cuestión del lector si uno decide aplicarlo a su vida.

De este modo, "El hombre mediocre", también aborda algunos temas no menos difíciles, tales como la honestidad o la moral. Reproduzco el siguiente fragmento:

Si existiera una moral eterna -y no tantas morales, cuantos son los pueblos-, podría tomarse en serio la leyenda bíblica del árbol cargado de frutos del bien y del mal. Sólo tendríamos dos tipos de hombres: el bueno y el malo, el honesto y el deshonesto, el normal y el inferior, el moral y el inmoral. Pero no es así. Los juicios del valor se transforman: el bien de hoy puede haber sido el mal de ayer, el mal de hoy puede ser el bien de mañana. Y viceversa.

Se invita a sentir los matices, a la apertura de los sentidos para tratar de abstenerse de dicotomías y juicios tajantes o absolutos. Muchas cosas solo son, etiquetarlas de "buenas", "malas", "blancas" "de bien", "puta", ... etc, es limitarlas, no percibir los trasfondos. Pero bueno, ya es de cada quien la póstuma conclusión y/o reflexión.

No sé gran cosa de filosofía o ensayos sobre sociología. Me quedo satisfecho con la lectura de este libro. Quizá algún fallo que le encontré es que abunda en lirismos y prosa, que omitidos, le hubieran conferido a la obra una carácter más inmediato, además de haberse ahorrado páginas.
Aquí termino, citando unas últimas líneas:

Sólo hay juventud en los que trabajan con entusiasmo para el porvenir; por eso los caracteres excelentes pueden persistir sobre el amontonamiento de los años(...) Y no se nace joven: hay que adquirir la juventud. Y sin un Ideal no se adquiere. 




Y unas breves líneas sobre el autor:

 José Ingenieros (1877-1925): médico, masón, psiquiatra, psicólogo, criminólogo, farmacéutico, escritor, docente, filosofo y sociólogo argentino de ascendencia italiana. Se destacó por su influencia entre los estudiantes que protagonizaron la Reforma Universitaria de 1918. El hombre mediocre es un libro publicado en el año 1913. La otra trata sobre la naturaleza del hombre, oponiendo dos tipos de personalidades: la del hombre mediocre y la del idealista, analizando las características morales de cada uno, y las formas y papeles que estos tipos de hombre han adoptado en la historia, la sociedad y la cultura.

...sí, la fuente es la toute-puissante Wikipedia.







domingo, 23 de marzo de 2014

SINSAJO: Suzanne Collins






Siendo una lectura entretenida, quizá en una semana o poco más, terminé de leer "Sinsajo", último volumen con el que la historia de Katniss Everdeen finaliza desde "Los juegos del Hambre".






SINOPSIS: "Sinsajo" es el  último volumen de la trilogía. Nos plantea y concluye la conversión de Katniss en el sinsajo (una especie de pájaro, dentro de toda la historia). Como tal, dicha responsabilidad significará la insurgencia final del Distrito 13, que también instigará a los demás Distritos para derrocar el régimen tiránico del Capitolio. A lo largo del proceso de revolución la historia coexistirá con otros hechos cómo el rescate de Peeta en el mismo Capitolio, y las operaciones secretas para que el levantamiento tome fuerza.

En general me quedo con una impresión bastante grata y positiva de estos libros. Y lo digo porque se han publicado cosas muy malas (Crepúsculo, o eso de las 50 sombras -por citar ejemplos recientes) pero me parece que por mucho se salva la saga de Suzanne Collins. 

Al final, lo que uno demanda de cualquier libro, es que se pueda pasar un buen rato leyéndolo, que la historia cautive, y sí, si se puede, quizá algún "plus": una pulsación interna, algo que desgarre, vernos reflejados en las líneas, o que concrete alguna intuición personal previa o desate alguna posterior.

Sinsajo es el volumen mejor conseguido. Sin  pretender algún moralismo,  nos regala algunas enseñanzas y reflexiones, pero sobre todo, el compromiso esencial que se le debe exigir a cualquier artista es que sea bueno en lo que se hace: Suzanne Collins por Sinsajo, y en general los libros predecesores, sentí que lo alcanzó. En Sinsajo los personajes gozan de una mejor caracterización, se leen más definidos y profundos, punto muy favorable puesto que me parecía que era una de las cosas a mejorar en toda la historia de los Juegos del Hambre.  Por ende, esta mejoría hace la historia más vívida y creíble. El lector se verá enfrentado con una Katniss desvariada, impulsiva e introspectiva; comportamientos que se irán reflejando e influirán en los hitos de la narrativa. La historia se desenvuelve lógicamente y no parece que algo se lo hayan sacado de la manga. Cada acto corresponde al precedente, explotando las características de un buen best-seller, el suspenso se va dosificando de modo que el lector quede (o quedemos, y lo digo con orgullo) seducido. Afortunadamente, no es una historia ni recargada hacia lo sentimental ni hacia la ciencia ficción pura. Los Juegos del Hambre contiene ambos elementos en una adecuada proporción, y, lo que resulta más ventajoso, es que no toma clichés que podrían abundar en las propuestas deficientes de este tipo. (Por ejemplo, la extinción de la especie humana, o la historia de amor entre el chico malo y la chica buena)
Como ya reseñaba en las líneas precedentes, Sinsajo nos propone algunos dilemas sin caer en dictámenes moralistas. Son breves líneas que pueden sugerir una reflexión al lector. Hay varias muestras, por ejemplo, cuando Gale propone también abatir civiles inocentes por el precio de destruir a sus enemigos; ipso facto, se provocan al momento un número diverso de opiniones. ¿Qué se habría hecho en nuestra realidad?, mejor dicho, conocemos la realidad y qué se ha hecho.
No sé si fue la intención de la autora codificar ciertas situaciones bien conocidas para lograr algún efecto en los lectores, si fue así, al menos en mi lo consiguió. Citaré algunos ejemplos, que sin ser "La guerra y la paz" o "Los miserables", revisten a Sinsajo de ciertos tonos que van hacia lo social, hacia nuestra naturaleza humana.

Somos seres inconstantes y estúpidos con mala memoria y un don para la autodestrucción. Pero, ¿quién sabe? Quizá esta vez sea la buena.

La frase es clara, recordemos la historia, veamos nuestra realidad. Lo que me gustó fue que estando en un punto crítico de la narración,  alguien piensa que quizá esta vez sea la buena, es decir, que hay esperanza. Esperanza para todos nosotros. 

Continuando, también se sugiere eso que ya hemos constatado a lo largo de todas las revoluciones, golpes de estado y cambios de poder. El ser humano es ávido, hay "algo" en el poder que corrompe, que cambia y distorsiona la visión. ¿Qué será? No sé, ni he tenido tanto poder nunca. Los nuevos que llegan repiten el ciclo, vuelven a haber inconformes y de nuevo se dan las sucesiones, los cambios... ¿Habrá alguna raíz de todo este mal, de todo el mal?  Sinsajo nos brinda ciertos pasajes de este tipo, y termino con el siguiente:

Ya no siento lealtad hacia estos monstruos llamados seres humanos, a pesar de ser uno de ellos. Creo que Peeta dio con la tecla al comentar que nos destruyéramos entre nosotros para dejar que otra especie más inteligente ocupara nuestro lugar. 
Nada más alejado de realidad, es a la conclusión de cada quién. Y hasta aquí, porque el punto no es señalar lo que se pudiera remarcar en cuanto a otros planos que no sean lo literario únicamente. 
Sinsajo superó mis expectativas, sobre todo porque pensaba y temía que la historia se iba a ir al carajo por la forma del segundo libro, pero S. Collins enderezó bien el rumbo y dejó pulida la historia de la mejor forma.  




Lo que necesito es el diente de león en primavera, el brillante amarillo que significa renacimiento y no destrucción. La promesa de que la vida puede continuar por dolorosas que sean nuestras pérdidas(...) -Me amas. ¿Real o no?  Yo respondo: -Real.

Imagino que ese fue el momento de mayor inspiración de la autora, el momento en el que conjuró a Virginia Woolf, Simone de Beauvoir y Emily Dickinson, y resultó; y lo amé en verdad, lo transmitió muy bien. Yo aconsejaría la lectura de estos libros sin tener en cuenta lo menos posible todo el escándalo de las películas. Cine y literatura cuentan con recursos propios y distintos, que no sé porque la gente se empecina en que faltaron páginas  a las películas y que las mangas del chaleco. Me da cierta curiosidad de que pasará con "Los Juegos del Hambre" en unos sesenta o setenta años. ¿Se seguirán leyendo?, ¿se consagrarán como clásicos o sólo quedarán como el recuerdo de otros libros que fueron adaptados al cine por su facilidad narrativa? Supongo que lo mismo aplica a la saga de Harry Potter, muchos de sus lectores somos "mayores" (al menos biologicámente hablando y en sentido personal, claro está) y creo que nos sigue gustando, o al menos conservamos todavía gratas memorias. Espero esto pase también con los Juegos del Hambre.





Pie de página. ¿Y qué me expliquen cómo porque vergas las cubiertas de los libros dejan tanto qué desear a comparación de los "banners" de las películas? Está bien, no seré superficial, un buen libro es lo que va a adentro, vale madre si lo cubren con papel para verdolagas (Cortázar!) (¿eran verdolagas o acelgas o qué?) Lo que sí no pude tolerar es que para la terminar las películas hayan partido Sinsajo en dos partes. ¡Que no chinguen! ¡Ya tienen mucho dinero esos putos! ¡Ni que fueran 800 páginas! 

domingo, 2 de marzo de 2014

EN LLAMAS/ CATCHING FIRE





Al fin pude leer "En llamas" o "Catching Fire", que es la continuación de "Los juegos del hambre". No sé si fue un error haber visto antes la película, que me pareció mucho más entretenida que el mismo libro.

SINOPSIS: En "En llamas" Katniss Everdeen y Peeta Mellark han regresado a su lugar de origen, el Distrito 12, envueltos en honor, fama y demagogia. Al haber sido vencedores de los pasados Juegos del Hambre, su vida cambiará radicalmente, y aún más  de lo que ellos podrían imaginar. El valor y personalidad de Katnis, más los hechos acontecidos en los anteriores juegos, han despertado una insurgencia en los otros distritos de Panem. Katnis ni siquiera imagina la magnitud de sus actos; se habla de levantamientos contra el Capitolio, del inicio de una revolución, de un posible Distrito 13... Si esto no fuera suficiente, al siguiente año de la victoria de Katnis y Peeta, se conmemora el Vasallaje de los Veinticinco. Esto quiere decir que ellos nuevamente volverán a la arena para enfrentarse a los vencedores de las anteriores ediciones de los Juegos. Dicho Vasallaje fue implementado así por el Capitolio para que nunca se deje de tener en cuenta que ni siquiera el más fuerte de los rebeldes es rival para el poder del Capitolio. Y a todo este entramado, hay que añadirle el triángulo amoroso de Katnis, Peeta y Gale, digamos, para hacerlo más emocionante, y que espero que en último libro termine de una buena forma. 








Pues bien,  en general me pareció un secuela aceptable. Cómo muchos libros de este tipo, el suspenso se va desenrollando, conviene guardarlo para satisfacer al lector en cada volumen y tenerlo siempre contra las cuerdas hasta dar el golpe final.
Algo que me parece digno de remarcar es el sentido de compasión que muestran Katniss y Peeta por algunos de sus contrincantes caídos: en este caso, me refiero a la muerte de Prue.
Por lo demás, el libro se mantiene en la historia, y nos sigue mostrando cosas bien sabidas de la realidad: podemos ser consumistas, que el gobierno oprime y manipula (ciertos gobiernos más), que la televisión vende morbo, historias fatídicas, y cómo se supone que se supone que debemos de vernos, sentirnos, percibirnos; etc. Y aquí me detengo, porque el caso no es señalar las virtudes/defectos de "En llamas" que pueda presentar en lo social, moral, o cualquier otro atributo de estudio, sino, señalar el mérito literario per se. 
En una sola lectura percibí ciertos "errores", que de igual forma pienso que pueden ocurrir y que en buena hora no le restan valor al libro. Imprecisiones tales como "muertos, para siempre" (¿alguien puede estar muerto temporalmente?), "nieve fresca" (¿entonces hay nieve caliente, fría o al tiempo?) y creo que hasta ahí. No lo sé, a lo mejor fue cosa de la traducción, y en eso no tengo la mínima autoridad. "¿Y para reseñar un libro sí?" -me susurró un pensamiento. Pero bueno.
Igualmente hay ciertos pasajes intrascendentes o insustanciales, que ni siquiera en la vida real tratamos de forma tan casual, ni tan premeditadamente, para muestra cito:

-Bueno, ¿que te pasa? -me pregunta- No se lo puedo decir, así que tiro de la mata de malas hierbas-. Bien, empecemos con algo más básico. ¿No te parece raro que sepa que eres capaz de arriesgar la vida por salvarme...., pero no tenga ni idea de cuál sea tu color favorito?
-Verde, respondo, esbozando poco a poco una sonrisa-. ¿Y el tuyo?
-Naranja.
-¿Naranja? ¿Cómo el pelo de Effie? (...)

Yo me quedé de "¿qué?". No hay sentido ni añade profundidad, y a continuación pasan a hablar sobre los cuadros de Peeta. Aunque bueno, es bien cierto que no cualquier autor puede manejar acertadamente  el arte del diálogo. 

Dejando de lado las cosas quisquillosas que he mencionado, y lo que a mí me parece más grave, es sobre los personajes. Se leen muy llanos, sin complejidad, Suzanne Collins nos dice que es lo que ellos sienten y piensan pero hasta ahí, ninguno se lee como un humano en toda su natura, más bien son fotografías y descripciones de lo que hacen. No me he enamorado de ninguno de ellos, ni he podido percibir el matiz de su carácter, de su humanidad, porque al fin la literatura es la aproximación o el reflejo de lo humano. Bueno, como dije en la entrada anterior, no soy un homme des lettres para profundizar en estos conceptos o hacer conjeturas. Pero me parece que tendré algo de razón, cuando usted lector (cualquier lector) se ha enamorado o llegado a conocer bien algún personaje. En mis veintiséis quizá no habré repasado con profundidad las grandes obras capitales, pero sí he sentido este "enamoramiento", "complicidad", "conocimiento", "adueñamiento" o como sea que le nombren, al leer y conocer un personaje. Puedo decir con seguridad cual es la esencia de Hermione en la saga de Harry Potter, de Holly Golightly en "Desayuno con diamantes", de Holden Caulfield en "El guardián entre el centeno", de Úrsula en "Cien años de soledad" o de Gravoche en "Los miserables". ¿Se entiendo a que quiero llegar con estos ejemplos? Espero que sí, a que percibir lo humano es enriquecernos de matices, y que dichos matices nos harán amar o detestar a cualquier personaje, que a fin de cuentas y como cualquier humano, provocará alguna reacción en nosotros, y esto, no lo he sentido en ninguno de los libros de S. Collins. Y sí, odiar también, porque eso demuestra que ese componente "humano" del personaje está bien trasmitido. Por ejemplo, yo detesté al agrimensor K, en "El castillo" de Kafka (de hecho, tengo una enorme aversión a casi todos los personajes del checo, y sí, hasta del señor Gregorio Samsa). 
Finalmente, es en este punto, dónde para mí falla más el libro (y ya desde el anterior). Quizá fue un error haber visto antes las películas, y también traté de no compararlo con experiencias previas.  No obstante, seguiré con la saga a ver que tal. Posiblemente otro error que haya cometido es haberlo  leído en muchas sesiones camioneras, es decir, en el transporte público y con todas las condicionantes que representa. De cualquier forma, y cómo decía Borges, el fin último fue una lectura hedonista, y también pasé algunos buenos ratos al filo del suspenso. 



miércoles, 26 de febrero de 2014

OLEAJE

El pensamiento es como un oleaje. A veces llega a nosotros en ondas calmadas que se disuelven en las orillas, que puede ser cualquier conjetura, cualquier leve sensación, como sí cayera una hoja seca sobre una superficie de agua estática; y ese leve impacto produjera discretas pulsaciones que desparecieran gradualmente. Pero también, esos pensamientos, esas conjeturas/sensaciones/intuiciones/ deseos... pueden ser un mar rugiendo, furiosas olas estrellándose con violencia sobre acantilados y desfiladeros, y desde muy lejos, se pueden oír, sentir, no olvidar nunca.

domingo, 9 de febrero de 2014

LOS VIAJES DEL ALMA

¿Qué es una noche
qué son varias noches sucediéndose,
surgiendo de la oscuridad interna,
del balbuceo y el insomnio, y hacia la lontananza;
atisbo de luz, raíces que se desprenden
                        que se bifurcan
                        que se extienden hacia el mar?
¿Qué se entreteje de la estela de cada noche?

***

Descubrirse en el espejo
reconocerse
desconocerse
advertir las nuevas asimetrías.
Llorar en Madrid
hacer el amor en Puebla,
y aún en cualquier noche imprevista
sentir en los bosques del alma
la alborada donde nacen los nuevos colores.

***
El último pájaro de la tarde me dijo
que no sólo intuyamos la visión de humo
hay que sangrarla
llamarla con la entonación del viento
con el lenguaje inconmensurable de la conciencia,
adolecerla, gozarla,
arrancarla de las grietas del universo
y emprender con los pies desnudos, a veces inciertos;

los viajes del alma. 

domingo, 19 de enero de 2014

Mírate en el espejo
que diseccionas los días escribiendo
mudándote la piel de cada estación, de cada plenilunio
o escupiéndole a las semanas desafortunadas
sin poder
eludir tu conciencia:
            cualquier lunes sin trabajo
            papeleo que hacer
            deudas que cargar en los bolsillos
para terminar sintiendo
que todo es inescrutable,
sin más,
que todo sólo es.
Hállate en las multitudes y en los orgías
que te la jalas con lo que sea
que ejerces el sexting con maestría
y en la oscuridad de los otros descubre
que quizá estamos hechos de los mismos días
del mismo acierto
del mismo error
seducidos por la belleza efímera
y también resignados a decirle adiós.
Teniendo tanto que descubrir, ganar, y finalmente perder
sin poder conciliar en la conciencia
la aglomeración de días y su entramado
el confín de todas las noches, y el sueño y el placer;
¿cómo enfrentar los renglones vacíos
la disección –a menudo innecesaria- de cada día?

viernes, 3 de enero de 2014

Sin título

En un montón de hojas de periódico
dejé deshidratar mis cáscaras mudadas
con las que me he cubierto veinticinco escuetos años.
Con mentira
            Ilusión
lucidez
            o agravio
he tratado de configurar esto
que le dicen vivir
más allá de ser cada quién               o no ser nadie
para erigir mis ciudades fantasmas entre multitudes
y columpiarme en soliloquios de parques abandonados.
Sucede que me caso de arrancarle silencio a los muros
de sacudir las telarañas suspendidas en la introspección.
Eco, eco, eco. Hoy necesito escapar de esta conciencia,
del pensamiento,
sustraerme de negar, afirmar,
blasfemar siempre y nunca
o luchar entre espejos
para sólo conformarme con sacudirme los zapatos
antes de entrar a casa, o a dónde las putas.

Me queda el vértigo de la duda,
el enfrentamiento a ser yo
en tantos umbrales y desfiladeros
entre tantos mundos y viajes del alma.
Renazco de cada día, de cada café con leche,
vehemente o pausado (no me queda más),
            catarsis
eco
            agua
                        y matices y metamorfosis en sucesivos relojes de arena.
Mis raíces buscan una tierra ecléctica
un límite sin límites del cual mis pasos,
aunque sea  trastabillando lleguen,
hacia donde los pájaros se escinden las certezas.