domingo, 30 de diciembre de 2012

25122012: UNA ESCRITURA PARA CAROLINA




Hacia las diez de la mañana bebo el primer cafe del día. El momento para escribir llegó casi puntual, exacto; en esta mañana diáfana y fría. Donde pego estas líneas es en una libreta que me regaló Carolina, más especificamente un "journal", un diario.
Carolina, ¿que te puede decir mi escritura? Sabemos que las palabras son frágiles
, rápidamente pueden perder su significado inmediato en nuestros actos. Sin embargo, intentaré continuarlas y justificarlas con acciones, con hechos que transmitan mejor el significado de esas palabras. No está de más transmitir aquí, en estas líneas , lo que hay dentro de mí; lo sientes, te lo he hecho sentir. Decirte de quiero es inmediato, es instantáneo, es tangible, es prolongar el momento de estar contigo y comenzar a perderme en mí: también, sientiéndote, disfrutándote, pensándote. Hago que crezca tu significado en mis pensamientos, aunque en gran medidad tu contribuyes a enriquecer dicho significado. Escribir es solo otra manera de vivirte, a pesar de que sea un acto no tan inmediato, seguro que destila o podría destilar las cosas que se me escapan u olvido para decirte cuando estamos juntos -en eso momentos nuestros cuerpos también quieren decirnos cosas, también tienen su propia escritura-.
 
Pero no te preocupues, hemos podido llenar nuestro silencio con más palabras, incluso con más silencio donde sentirnos lo sea todo. Quisiera darte una escritura exacta y que todo lo pudiera abarcar, pero dicha escritura solo puede ser fragmentada -al menos para mí- en todo lo que nos define. Sin embargo, en esa intermitencia encuentro la más bella continuidad -tu continuidad-. No podría acceder a todos nuestros instantes en un solo texto, los iré ganando en la memoria, en tí, cuando descubra más senderos en tu ser. Es necesario escribir Te quiero y justificarlo, hacerlo material. ¿Si no soy yo, entonces quién? ¿Si no es ahora, cuando? Asumir y gozar, asumirte y gozarte en este sentimiendo profundo; para tí y para mí.

martes, 25 de diciembre de 2012

LOS DIAS VULNERADOS

"Y al oprimir la pluma,
algo como la sangre late y circula dentro de ella,
y siento que las letras desiguales
que escribo ahora,
más pequeñas, más trémulas, más débiles,
ya no son de mi mano solamente"
 
-Xavier Villaurrutia.
 
 
 
 
 
Una metástasis súbita de silencio
te vulneró la voz en un instante imprevisto,
comencé a perseguir tu eco en laberintos de duda
pero las paredes estaban erigidas de delirio.
Se marchitaba tu luz en prisiones de soledad
y yo cargaba tu cuerpo para coserlos nuevamente
aunque una tristeza corrosiva me destruyera los tobillos.
No supe cuánto prolongaríamos la lucha
tú contra tu propia materia
yo con contra lo que rascaba las puertas
y se insinuaba también entre espejos y rendijas…
                               …era un vaho de muerte.
 
Sentí la fragilidad, lo efímero,
y donde aún cualquier segundo también es eterno
porque tal vez solo es la conciencia la que se desplaza.
Eras más ausencia que vida,
dolías en el presente y hacia el pasado
los días se resquebrajaban
                               -todos nuestros días-;
fueron tus manos inertes una metáfora de llanto
pero al final la ausencia no es,
                               -todavía-
un orbe para habitarlo nosotros.
Los días sanaron con las tardes de agosto.
Recobro con la memoria cada paso en la lluvia
y conjeturo que el oleaje de los instantes transcurridos
talla geometrías en un “ser” y “no ser” infatigable.

viernes, 14 de diciembre de 2012

FIBROSIS


I.
Ya varios otoños en guerra
y la voz a sal me sabe.
Tengo en la garganta arraigado un silencio
porque mi mente litiga entre ausencia y presencia.
¿De que sirve cualquier búsqueda externa
cuando “ser” ya constituye en sí un laberinto?
Me mudo la piel de los instantes vivídos
dejo que vayan nutriendo mis raíces
 
o se pudran entre hojarasca trancurrida.
 
II.
El pasado es un murmullo,
una crisálida seca que otras formas contenía.
Las cáscaras se van secando y caen
pero quedan fragmentos renuentes,
fibrosados aún a las cortezas más profundas.
 
III.
Duele el desprendimiento

pero hiere más la memoria.

 

domingo, 9 de diciembre de 2012

LA CIUDAD SIN NOMBRE


 

I.

Donde cualquier tarde se extingue

todavía puedo conjurar el tacto de tus manos.

Parcialmente recupero tu imagen

en las estrellas solitarias cursando el abismo

y siento que la lejanía es abarcable.

El oleaje de estos días te devuelve intermitente

 a esta ciudad donde solo mora silencio

y al murmurar tus ocho letras

siento que tal vez tu esencia sobrevive.

 

II.

Se me queda entrecortado algún suspiro

al rescatar en mí tu primer instante.

Ahí…

intuí el inicio

pero nunca el advenimiento de la noche

en el horizonte de tus ojos, inabarcable.

 

III.

Las calles se fueron borrando

y siempre pretendí que todo perduraría.

El frío  tardó junto con las introspecciones,

entonces lo entendí todo:

en algún lugar de mí te perdí.

 

IV.

El abandono,

el polvo y los ocasos nublados,

se arraigaron en todas partes.

Hay jirones de memoria pendiendo del ramaje seco
de árboles nudosos y huecos

en donde escondí el sueño de ti

pero que abandoné creyéndolo intangible

y permití que la carcoma lo invadiera.

En esta ciudad silente persigo fantasmas de tu voz

pero sólo encuentro mariposas negras

y ceniza de hueso apelmazada en cada esquina.

 

V.

Todo es erosión

hoy no queda más forma de lo que fue.

      -¿de lo que fuiste?-

El olvido no tiene unidad

hay que rogarlo como llovizna

en esta ciudad de espejismos y memoria.