Hacia las diez de la mañana bebo el primer cafe del día. El momento para escribir llegó casi puntual, exacto; en esta mañana diáfana y fría. Donde pego estas líneas es en una libreta que me regaló Carolina, más especificamente un "journal", un diario.
Carolina, ¿que te puede decir mi escritura? Sabemos que las palabras son frágiles
, rápidamente pueden perder su significado inmediato en nuestros actos. Sin embargo, intentaré continuarlas y justificarlas con acciones, con hechos que transmitan mejor el significado de esas palabras. No está de más transmitir aquí, en estas líneas , lo que hay dentro de mí; lo sientes, te lo he hecho sentir. Decirte de quiero es inmediato, es instantáneo, es tangible, es prolongar el momento de estar contigo y comenzar a perderme en mí: también, sientiéndote, disfrutándote, pensándote. Hago que crezca tu significado en mis pensamientos, aunque en gran medidad tu contribuyes a enriquecer dicho significado. Escribir es solo otra manera de vivirte, a pesar de que sea un acto no tan inmediato, seguro que destila o podría destilar las cosas que se me escapan u olvido para decirte cuando estamos juntos -en eso momentos nuestros cuerpos también quieren decirnos cosas, también tienen su propia escritura-.
Pero no te preocupues, hemos podido llenar nuestro silencio con más palabras, incluso con más silencio donde sentirnos lo sea todo. Quisiera darte una escritura exacta y que todo lo pudiera abarcar, pero dicha escritura solo puede ser fragmentada -al menos para mí- en todo lo que nos define. Sin embargo, en esa intermitencia encuentro la más bella continuidad -tu continuidad-. No podría acceder a todos nuestros instantes en un solo texto, los iré ganando en la memoria, en tí, cuando descubra más senderos en tu ser. Es necesario escribir Te quiero y justificarlo, hacerlo material. ¿Si no soy yo, entonces quién? ¿Si no es ahora, cuando? Asumir y gozar, asumirte y gozarte en este sentimiendo profundo; para tí y para mí.