miércoles, 28 de enero de 2009

sin titulo

puta madre! no cabe duda que entre menos se sabe mas estupideces se dicen....y asi es; yo tambien soy parte del selecto grupo. En un poema que puse en este su blogg (poema para un minino) en carpeta del 2008 puse que las flores del mal tenian 208 años de publicacion PUES NO! LAS SUPER FLORES DEL MAL NO TIENEN TANTO TIEMPO, ESTOY TOTO, TIENEN, exactamente no lo se, pero ha de ser algo como 15o años; perdon amiguitos el Sr. Baudelaire ha de estar bien encabronado y decepcionado de un servidos, amen de que puse "tensado" y no tenso

LA PRIMERA LLUVIA

...joder!, hubo una puta semana donde hizo un puto frío del demonio (no se supone que el demonio debe ser el señor del fuego eterno?) no mamen, anyway.

El día evolucionó de soleado a nublado en sombrías escalas. Llega el viento gélido que arrastra las hojas del otoño nostálgico y recrea las memorias de los inviernos anteriores. De este modo, cae la primera lluvia del año. Limpia la ciudad, hace que la tierra renazca de sí. Corre por las calles formando riachuelos, arrastra basura en los inmundos arrabales, se lleva las horas secas redescubriendo los momentos presentes. Aquí, desde esta casa, contemplo la primera lluvia del año sin ti. Me gustaría compartirla contigo, ambas se parecen, son frías, melancólicas y libres. Los pesados cortinajes de la casa esconden palomillas, hay dos o tres goteras que susurran tu nombre, y, con este clima, tardarán en secarse. Cae la primera lluvia del año, en los ángulos de los cuartos resuena el golpeteo del agua que se reniega a callarse; algo dice desde su líquida entidad ¿tu nombre, acaso?, ¿tus manos?, ¿las cosas que pasaron?; quizá. Cae la primera lluvia del año, me gustaría contemplarla contigo, tal vez no sería tan triste, ni de otro modo, demasiada oscura. Los árboles se mecen, las ventanas poco a poco se llenan de vaho donde escribo tu ausencia con el pensamiento, la primera lluvia del año es oportuna, ha venido a limpiar los retazos de los errores y ahora corre directo al drenaje del olvido. La primera lluvia del año es extraña, y en ella, te extraño más; ¿será que extrañarte solo es la mejor extrañeza de tu lejanía?, quien sabe. Cae la primera lluvia del año, los grillos han callado, las ratas buscan otras rutas y orinan en los marcos de las puertas, contemplo esta primera lluvia sin ti. El cielo es como un recuerdo engorroso que no deja despejar las dudas, lo que era en verdad inevitable como esta lluvia; no deja discernir entre la pena y el goce. Cae la primera lluvia del año, el agua ha limpiado las baldosas y se extiende a los rumbos indefinidos y lejanos donde cada uno se encontraba.

DESPEDIDA

Waking up all alone, waking up so relieved
-Alkaline Trio
…mi vida, mi amor.
Lo prometí y lo he cumplido, te dije que en todo este tiempo que estuviera ajeno a las vicisitudes de lo mundano; estaríamos juntos, y así fue. Ahora toca partir nuevamente, otra vez, a la rutina, al tedio, a las interminables horas de insomnio que torturan con lento paso en la presencia de tu ausencia. Cuesta tanto trabajo despedirse, no me gusta la mirada que me ofreces. Aquí, tras estos barrotes oxidados del vagón insano en el que viajo, te contemplo pensativo. Eres hermosa, eres pura, cada vez más mía, querida. Tu mirada es triste y serena, se que lo entiendes, sé que lo sabes, hemos de separarnos una vez más. El mundo externo así lo pide, por el momento no puedo ofrecerte otra cosa que el dolor, que la nostalgia; que esta miserable incertidumbre que me condena a esperar nuevos horrores que quieran distanciarnos para siempre, o por lo menos, aún más. Debes saber, mi vida, que lucharé con todo mi ahínco para impedir que pase, aunque la oscuridad, el polvo y las sombras se ciernan sobre mí, en mis adentros mantendré viva la luz que me provea tu recuerdo. Ya puedo sentir a los enemigos, a todos, a los que están afuera y dentro de mí, a los parásitos que querrán envenenarme para pudrir mis cortezas internas con ideas y propósitos que nos desagarren. Amor, ¿me extrañarás? ¿me pensarás?; ¿verás todos los días en la memoria las páginas que hemos escrito?, ya lo creo así. De la misma forma serán los días que ahora vengan, te extrañaré mucho, te pensaré mucho, en cada estantería de mi conciencia abriré cada día un diferente volumen y te recordaré. Veré tus expresiones, tu risa escucharé y hasta podré sentir tu sutil tacto embargándome con alguna bella idea; así, estaremos juntos estando lejos, seremos uno siendo dos y sabré que las tinieblas que puedan rodearme son nada en comparación de lo que hemos erigido. Y de cualquier forma, escribiré todos los pensamientos para ti que hilvane donde sea.
De la locomotora ya sale el bruno humo, los vagones van lento; si, también lo sientes, ya está siendo hora de partir. Aquí tras estos tubos me aferro a ti, y tratamos de contener el llanto, calma, mi querida, seamos pacientes, se que vendrán los días en que ya estemos definitivamente juntos, en que podamos evocar las memorias supuradas y las horas agonizantes cuando yacíamos distantes. Sí, mi vida, es duro, para ti y para mí. No me queda más en estos instantes que sentirte, que gozarte, que dolerte y alejarme, se acercan los bosques sombríos, los parajes lóbregos, aquellas criaturas que quieran retenerme de tus brazos, tengo miedo, mucho. Es necesario, este camino abrupto será nuestra verdadera prueba, la de la conquista; quizá no sea el que parezca más idóneo para nuestra definitiva unión, pero alguien o algo (no sé quién) me dice que aprenderemos tanto, que no perdamos la esperanza y aunque sea la primera y única oportunidad será un buen motivo para mantener nuestros corazones vivos y tener algo en que creer, algo por lo que vivir; y, si es necesario, morir. ¡Ay, mi amor!, las despedidas son amargas, esto es un hasta pronto, pero duele. Hiere la incertidumbre, duele saber que no se sabe, se exudan tantos sentimientos, y duele aún más tener que separar la pluma de esta hoja y dictaminar el sangriento punto final.

AL ATARDECER

Todos los días al atardecer, Sadie sale con la soledad. Se sientan al pie de un árbol y contemplan en el lejano horizonte la evolución del celaje: el sol muere de a poco, de a lento. Sadie va explicando a la soledad cada etapa de la tarde, le muestra los colores, el rojo, el naranja, el violeta y el rosa. Apuntando con su dedo señala la forma caprichosa que adquieren las nubes; la soledad le dice a Sadie que algunas nubes tienen la forma de sus manos o la profundidad de sus ojos. Sadie ríe. Todos los días al atardecer, Sadie sale con la soledad. Sentadas al pie del árbol escudriñan el cielo y ven como las aves vuelan de regreso a sus nidos. La soledad le dice a Sadie que le gustaría ser ave para explorar el mundo desde arriba. Sadie ríe, y replica que no podría ver ciertas cosas como las hormigas trabajando o las letras de los libros; que es más original ser ella misma. Todos los días, cuando atardece, Sadie sale con la soledad. Le compra algún regalo, caminan por el puerto, le explica los oficios de la gente que encuentran, y como siempre, la soledad dice que le gustaría hacerse marinero; Sadie ríe y le dice que no la dejaría por que tendría que viajar y ella se sentiría sola, esclava de sus pensamientos. Todos los días, al atardecer, Sadie y la soledad salen.