Como podran esperarlo, no esperen nada demasiado intelectual (es el ciclo de la pendejez, recuerdese), tan solo una instantanea, (desenfocada, por cierto) de lo que a veces ocurre en la vida diaria. He de confesar que la idea del ciclo de la pendejez me vino (y tambièn la tuve.....) de algunas situaciones vividas en tiempo real, anyway, y a la manera de G.K. Chesterton, Katherine Mansfield y R. Kippling, tambièn me dieron ganas de retratar algo de la realidad, y que de los autores anteriores recomiendo ampliamante su lectura.
Como sea, espero no profanar la memoria de borges o de alguno de los otros implicados en este ciclo. Quiza la temàtica roze con lo vulgar, con lo estùpido, con lo irrisorio, pero, ¡¿que es a fin de cuentas la vida?!...un poco de todo. Viva la pendejez:::fraternidad, igualdad y pendejez! ya! ya basta!
No me queda otra cosas que darles la bienvenida a este ciclo de la pendejez, espero encarecidamente lo disfruten. BIENVENIDOS, BIENVENUE, WELLCOME, WILLKOMEN....etc (se me acaban los idiomas)
Ah! y antes de otra cosa, como en Estatuario Soleado nos preocupamos por las buenas conciencias, la gente de bien y las reputaciones inmaculadas, es posible que el contenido de lo que a continuacion se presenta altere el bien social establecido, se recomienda discreciòn, al pasar la siguiente linea no nos hacemos responsables; there's no way out...
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I) TIPOS DE PENDEJOS
1. Pendejo Optimista: Cree que no es pendejo
2. Pendejo Pesimista: Cree que solo el es pendejo
3. Pendejo Telescopico: Desde lejos se le nota lo pendejo que es
4. Pendejo Fosforescente: Hasta en la oscuridad se le nota lo pendejo
5. Pendejo Aplicado: Se preocupa por aprender pendejadas
6. Pendejo Esferico: Por el lado que lo veas es pendejo
7. Pendejo Laborioso: Todo el dia se la pasa haciendo pendejases
8. Pendejo Petulante: Se enorgullece de sus pendejadas
9. Pendejo Amigable: Tiene puros amigos pendejos
10. Pendejo Enciclopedico: Sabe un monton de pendejadas
11. Pendejo Simpatico: Sus pendejadas causan risa
12. Pendejo Literario: Escribe un monton de pendejadeses
13. Pendejo Campana: Es TAN TAN pero TAN TAN pendejo
14. Pendejo Creyente: Cree en cualquier pendejez
15. Pendejo Consciente: Sabe que es un pendejo
16. Pendejo Campeon: Nadie le gana haciendo pendejadas
17. Pendejo Pedigree: Desciende de pendejos campeones
18. Pendejo Alegre: Se rie de cualquier pendeja
19. Pendejo Introvertido: A nadie le cuenta sus pendejadas
20. Pendejo Enamorado: Le gusta cualquier pendeja
21. Pendejo Lider: Le siguen todos los pendejos
22. Pendejo Inutil: Ni las pendejadas las hace bien
23. Pendejo Valiente: Se rompe la madre por cualquier pendeja
24. Pendejo Pelon: Cree que no tiene ni un pelo de pendejo
25. Pendejo Clandestino: Se esconde para hacer sus pendejadas
26. Pendejo Ambicioso: Sueña con ser un buen pendejo
27. Pendejo Convicto: Esta preso por pendejo
28. Pendejo Hiperactivo: Hace las pendejadas una tras otra
29. Pendejo Filósofo: Se pregunta el por que de sus pendejadas
30. Pendejo Poliglota: Dice pendejadas en varios idiomas
31. Pendejo Xerox: Se Copia las pendejadas de otros
32. Pendejo Esperanzado: Cree que lo de pendejo se le va a quitar
33. Pendejo Ignorante: Todos saben que es pendejo menos el
34. Pendejo Añejo: Con el tiempo se hace mas pendejo
35. Pendejo: Radioactivo: Irradia la pendejeria por doquier
36. Pendejo Insistente: Hace las mismas pendejadas varias veces
37. Pendejo Vigoroso: No se cansa de hacer pendejadas
38. Pendejo Ecológico: Es pendejo por naturaleza
39. Pendejo Precavido: Es pendejo, por si a caso
40. Pendejo Multifacético: El que cabe en dos o mas clasificaciones
41. Pendejo Desconocido: Es aquel cuyo nombre no puede recordar, ¿ Como es que se llama ese pendejo ?
42. Pendejo de Referencia: El que se usa para explicar donde queda algo - " Allá donde esta parado aquel pendejo "
43. Pendejo Gay: El que por pendejo se hizo pato
44. Pendejo Apestoso: Se le huele lo pendejo a lo lejos
45. Pendejo Mil Usos: Hace pendejadas en cualquier actividad que desempeñe
46. Pendejo Magisterial: Le enseña a los demas a hacer pendejadas
47. Pendejo Estudioso: Estudia las pendejadas de los demas para superarse
48. Pendejo Religioso: Le reza a Dios para que lo haga mas pendejo
49. Pendejo: Hipocondriaco: Se enferma de sus propia pendejadas
50. Pendejo Lento: Necesita mas tiempo para hacer bien sus pendejadas
Miselanea: Pendejo Erudita: En cuestión de pendejadas, se la sabe todas. Pendejo Invisible: Es tan pendejo que nadie lo puede ver. Pendejo Global: Todo el mundo sabe de sus pendejadas. Pendejo Local: Solo hace pendejadas en su casa. Pendejo Visitante: Hace pendejadas solo en la casa del pendejo local. Pendejo Moderno: Hace sus pendejadas por internet.
II) DIALOGOS DE PENDEJOS
Aquellos dos amigos –el calavera y el taza (por que le faltaba una oreja)- se encontraban sentados en una barda. Bebían cerveza en bolsita, observaban el tráfico, mentaban la madre de algún conocido, decían algún piropo propio de su jerga cuando pasaba alguna mujer atractiva.
-Chale calavera, ¿no te cansas de que hagamos todos los días lo mismo? –Preguntó el taza
-Pus no se güey, pos ora si pensándolo bien, desde que no tenemos chamba nos hemos pasado haciendo las mismas pendejadas –Contestó el calavera
-¿Si, verdA? –Dijo el taza
-Pos si cabrón, nomás date cuenta. Me despierto a las diez, y eso porque mi jefa s’emputa y dice que mejor me pare y busque trabajo o algo de provecho, luego, pus mentando madres, me despierto. Después medio trago ahí algo y ya luego te voy a buscar. Suerte tu que no vives con tu jefa. –Sentenció el calavera escupiendo.
-Chale mano, pos no es así tan chido. Mi tía ni friega ni nada, pero tampoco se mocha con varo para el desmadre, lo que tengo es lo poco que me mandan mis jefes; de vez en cuando mi tía me dice que ya me busque chamba, pero yo le digo que ni madres, que orita encontrar trabajo esta bien perro; aun así me dice que no sea un huevón y me deje de mis pendejadas –Dijo el taza
-Así es esto cabrón, ni pedo, aunque te digo, ya me ando aburriendo de las mismas pendejadas.
Los camiones y autos hacían gran estrépito con sus bocinas, se oía gritar a los chalanes de los choferes anunciar los destinos de cada ruta. En frente de ellos pasó una chica bonita.
El calavera chifló y ambos rieron, ¡chiquita!, gritaron.
-No mames, ja ja, ¿Por qué haremos tantas pendejadas? –preguntó el taza.
-Mi taza, no mames, ¿a ver?... los naranjos no da uvas, ¿verdad?
-Pues si calavera…no dan uvas, dan naranjas –Dijo el taza
-Entonces, taza, los pendejos dicen pendejadas –Concluyó el calavera.
Pasó nuevamente otra mujer, esta les era conocida, vivía cercana a su barrio, ella también los vio; fingió no darse cuenta de la presencia del calavera y del taza.
-Mira taza, ahí va tu ex – vieja, si ya se consiguió otro valedor, ja ja –Dijo el calavera.
-Ya ni me digas calavera, la cabrona se puso pendeja, ella decía que yo soy muy mujeriego, nos peleamos y eso, y pos ya mejor nos mandamos a la verga –Explicó el taza.
-Ja ja, para mi que no le dabas bien, por eso se consiguió otro chile –Se burlaba el calavera.
-Pendejo, pues a ti si te engañaron de verdad, así que no mames –Replicó el taza.
-Pos pa que te digo que no, si sí, además, para lo que me importaba… –Dijo el calavera.
-Ya ni pedo, esta vez nos pendejearon. Chale, ¿Por qué luego nos apendejarán? –Dijo el taza.
-Pos por eso mismo, ja ja, mi taza, por que somos unos pendejos.
Ambos rieron.
-Salúd mi taza, chupa chelita para que se te quite lo pendejo –Añadió el calavera alzando su bolsa. Ambos apuraron su cerveza semi plastificada.
-Chale calavera, ¿no te cansas de que hagamos todos los días lo mismo? –Preguntó el taza
-Pus no se güey, pos ora si pensándolo bien, desde que no tenemos chamba nos hemos pasado haciendo las mismas pendejadas –Contestó el calavera
-¿Si, verdA? –Dijo el taza
-Pos si cabrón, nomás date cuenta. Me despierto a las diez, y eso porque mi jefa s’emputa y dice que mejor me pare y busque trabajo o algo de provecho, luego, pus mentando madres, me despierto. Después medio trago ahí algo y ya luego te voy a buscar. Suerte tu que no vives con tu jefa. –Sentenció el calavera escupiendo.
-Chale mano, pos no es así tan chido. Mi tía ni friega ni nada, pero tampoco se mocha con varo para el desmadre, lo que tengo es lo poco que me mandan mis jefes; de vez en cuando mi tía me dice que ya me busque chamba, pero yo le digo que ni madres, que orita encontrar trabajo esta bien perro; aun así me dice que no sea un huevón y me deje de mis pendejadas –Dijo el taza
-Así es esto cabrón, ni pedo, aunque te digo, ya me ando aburriendo de las mismas pendejadas.
Los camiones y autos hacían gran estrépito con sus bocinas, se oía gritar a los chalanes de los choferes anunciar los destinos de cada ruta. En frente de ellos pasó una chica bonita.
El calavera chifló y ambos rieron, ¡chiquita!, gritaron.
-No mames, ja ja, ¿Por qué haremos tantas pendejadas? –preguntó el taza.
-Mi taza, no mames, ¿a ver?... los naranjos no da uvas, ¿verdad?
-Pues si calavera…no dan uvas, dan naranjas –Dijo el taza
-Entonces, taza, los pendejos dicen pendejadas –Concluyó el calavera.
Pasó nuevamente otra mujer, esta les era conocida, vivía cercana a su barrio, ella también los vio; fingió no darse cuenta de la presencia del calavera y del taza.
-Mira taza, ahí va tu ex – vieja, si ya se consiguió otro valedor, ja ja –Dijo el calavera.
-Ya ni me digas calavera, la cabrona se puso pendeja, ella decía que yo soy muy mujeriego, nos peleamos y eso, y pos ya mejor nos mandamos a la verga –Explicó el taza.
-Ja ja, para mi que no le dabas bien, por eso se consiguió otro chile –Se burlaba el calavera.
-Pendejo, pues a ti si te engañaron de verdad, así que no mames –Replicó el taza.
-Pos pa que te digo que no, si sí, además, para lo que me importaba… –Dijo el calavera.
-Ya ni pedo, esta vez nos pendejearon. Chale, ¿Por qué luego nos apendejarán? –Dijo el taza.
-Pos por eso mismo, ja ja, mi taza, por que somos unos pendejos.
Ambos rieron.
-Salúd mi taza, chupa chelita para que se te quite lo pendejo –Añadió el calavera alzando su bolsa. Ambos apuraron su cerveza semi plastificada.
III) ESTAR EN CONTEXTO
Julia no sabía con exactitud como había salido ese tema. Aquella clase se prestaba para discusiones, debates, y cosas por el estilo. Esperaba con ansia a que el profesor U. diera las calificaciones; antes de hacerlo, Julia retuvo la única frase (acaso del curso) radical del profesor U.
…”como podemos concluir, chavos, uno no hace pendejadas, ni hay pendejos; simplemente se está fuera de contexto”.
Por fin comenzó a leer la lista de calificaciones, se oían todo tipo de expresiones que iban desde el júbilo por el máximo grado a las mentadas de madres. La lista parecía interminable, Julia sabía que en aquella ocasión no podría reprobar por que sería expulsada de la universidad, esa ya era la tercera vez que cursaba la materia.
<<¿acaso nunca terminara este pendejo?>>
Surgió de súbito en ella un gran vacío.
… “Julia Fernandez; 5” –Y el profesor U. alzó la mirada, aunque no queriendo, volvía a reprobar a Julia.
Todos salían, Julia era la única que se quedaba en su banca esperando. Con el salón casi vacío el profesor guardaba con mucha calma todas sus pertenencias.
-Profesor… -Dijo Julia al aire.
-Si, dime, Julia.
-Oiga, esta es la tercera vez que repruebo con usted y…
-Si, ya me di cuenta, ya se lo que podrá pasar… mira, yo no tengo nada contra ti, pero tengo que ejercer mi papel de maestro. Faltabas mucho y reprobaste todos los exámenes, no es culpa mía –Dijo el profesor U. sentándose, quitándose sus lentes y mirando a Julia mientras se frotaba las sienes
-Lo sé, pero mire…
-Si, si , me imagino, te van a expulsar.
-Podemos llegar a un acuerdo –Dijo Julia comenzando a abrir su bolso.
-No, Julia, no es necesario –Dijo el profesor que se quedó un momento callado-, mira, se que esta es solo una materia de relleno, cosa que no me explico por que repruebas. Te dejaré un trabajo, que esté bien hecho, claro está –Añadió finalmente.
-¡Ay!, muchas gracias profesor, dígame, ¿Qué tengo que hacer?.
El profesor meditó un momento.
-Un trabajo sobre Borges, el escritor. Bien hecho, que lo saques de libros de la biblioteca, lo quiero para hoy a las ocho de la noche. Y le pones todas las bibliografías, mínimo quince.
Esto último enfureció a Julia, pensaba que podría hacerlo para otro día, aquella noche habría una fiesta muy esperada por el fin de cursos.
-Si, profesor. Lo haré.
Se despidió el profesor y salió del aula.
<> pensó. Después anotó en su celular; “trabajo sobre Vorjes.”
Antes de ir a la biblioteca Julia decidió entrar al café donde se reunía muy a menudo con sus conocidos. Saludó a todos y todas.
-¿Oye, güey, como te fue en tu examen? Le preguntó un amigo.
-No mames, ese pendejo me volvió a reprobar –Contestó Julia.
-¡En serio!, ¡no mames!...eso quiere decir….-Dijo el otro chico.
-No, vaya, no te preocupes, ni al caso. Quedamos en que me dejó un trabajo y ya listo.
-¡Ah bueno!, ¿y para cuando se lo tienes que entregar?
-Ese es el pedo, que el pendejo lo quiere para hoy mismo a más tardar a las 8.
-No mames, ¿Cómo crees?, ¿entonces no irás a la party? –Preguntó el chico.
-No mames, si voy, ¿Cómo crees que no voy a ir?, ahora mismo me voy a hacer esa madre. Y pues bueno, me tengo ir ya, tengo que terminar pero nos vemos al rato.
Y diciendo esto Julia termino su café y apagó su cigarro. Se despidió de sus conocidos y emprendió uno más de sus pocos viajes a la biblioteca.
Aquel lugar le pareció inconcebible, había una horrenda quietud y silencio interminables que corroían sus adentros en apenas breves instantes. Había gente en los estantes buscando volúmenes, otros más, yacían en mesas haciendo apuntes o consultando. Sacó su celular; <>, se dijo.
Primero buscó en cierta sección, pero los autores y títulos que encontró no se parecían en nada con lo que buscaba. Entonces tuvo que ir a otra más y obtuvo el mismo resultado. Preguntaba a otros que se encontraban cerca, le respondían que no conocían a tal autor y cosas por el estilo. Estando en otra sección se acercó a una chica, Julia le preguntó si conocía al escritor Vorjes, la chica al principio dijo que no, pero le sugirió que mejor buscara en el área de literatura en vez de la de matemáticas.
<> se dijo.
En el área de literatura fue revisando los títulos, en la V encontró a Víctor Hugo, a Viktor Frank, a Virginia Wolf y muchos más; pero no lograba encontrar a “Vorjes”.
Se acercó a preguntar a otra chica que estaba por ahí.
-Oye, amiga, una molestia, ¿conoces a Vorjes? ¿o donde puedo encontrar sus libros? –Dijo Julia.
-Si, sus libros los encuentras en la B, hay varios –Dijo la chica.
-No creo, me imagino que debe ser en esta –Replicó Julia
-No, entonces no sabría decirte, ¿no lo tienes escrito?
Julia le enseño su celular a la chica.
-¡Oh!, si, ya sé, es que lo escribiste mal, no es “Vorjes” es “Borges”. Y lo encuentras en la B, hay varios de él. Yo también un día pensé que Borges era con V.
Julia agradeció, en realidad apenas tenía idea de lo que iba a hacer. Quizá aquella chica si tuviera razón, en las veces que asistió oyó al profesor mencionar a ese sujeto.
Julia pudo encontrar libros de ese señor, pensó que habrían pocos y podría justificarse con el profesor, pero el condenado de Borges escribió muchos libros y también otros habían escrito muchos libros sobre el. No sabía bien que hacer, consultaba al azar los que le parecían importantes. Pronto, la mesa donde estaba se lleno de libros y apuntes, Julia sentía que algo no funcionaba bien, como si los engranajes de todas esas situaciones no giraran adecuadamente. Apenas a las 7:30 pudo terminar y llevar su trabajo.
<>, fue una de las últimas cosas que pensó Julia al terminar.
El profesor leyó paciente todas las hojas. Julia pensó que poner muchas hojas sería suficiente para tener una buena calificación. El catedrático estaba meditabundo, un monótono reloj prolongaba la muerte en vida de Julia. Mientras aquellos lentos momentos transcurrían, Julia repasaba mentalmente su ropa para saber que usar.
-Bueno Julia, al menos se ve que si consultaste algunos libros, aunque tienes faltas de ortografía y otras cosas. Tienes siete.
-Muchas gracias maestro, por la oportunidad.
Y sin pensarlo más veces Julia salió de aquel lugar.
Llegó a su casa a arreglarse, ella era en verdad bonita. Aunque algo tarde pudo llegar a la fiesta tan comentada. Conocía a todos, se tomaba fotografías, comentaba con sus cercanos los últimos acontecimientos sociales de vital trascendencia, baila, reía, en fin; era muy feliz. Algo dentro de ella le indicaba que ahí, en esas horas todo marchaba bien, que se sentía en verdad consigo misma, que todas aquellas cosas eran su verdadero ambiente, su contexto; donde ella era moradora.
…”como podemos concluir, chavos, uno no hace pendejadas, ni hay pendejos; simplemente se está fuera de contexto”.
Por fin comenzó a leer la lista de calificaciones, se oían todo tipo de expresiones que iban desde el júbilo por el máximo grado a las mentadas de madres. La lista parecía interminable, Julia sabía que en aquella ocasión no podría reprobar por que sería expulsada de la universidad, esa ya era la tercera vez que cursaba la materia.
<<¿acaso nunca terminara este pendejo?>>
Surgió de súbito en ella un gran vacío.
… “Julia Fernandez; 5” –Y el profesor U. alzó la mirada, aunque no queriendo, volvía a reprobar a Julia.
Todos salían, Julia era la única que se quedaba en su banca esperando. Con el salón casi vacío el profesor guardaba con mucha calma todas sus pertenencias.
-Profesor… -Dijo Julia al aire.
-Si, dime, Julia.
-Oiga, esta es la tercera vez que repruebo con usted y…
-Si, ya me di cuenta, ya se lo que podrá pasar… mira, yo no tengo nada contra ti, pero tengo que ejercer mi papel de maestro. Faltabas mucho y reprobaste todos los exámenes, no es culpa mía –Dijo el profesor U. sentándose, quitándose sus lentes y mirando a Julia mientras se frotaba las sienes
-Lo sé, pero mire…
-Si, si , me imagino, te van a expulsar.
-Podemos llegar a un acuerdo –Dijo Julia comenzando a abrir su bolso.
-No, Julia, no es necesario –Dijo el profesor que se quedó un momento callado-, mira, se que esta es solo una materia de relleno, cosa que no me explico por que repruebas. Te dejaré un trabajo, que esté bien hecho, claro está –Añadió finalmente.
-¡Ay!, muchas gracias profesor, dígame, ¿Qué tengo que hacer?.
El profesor meditó un momento.
-Un trabajo sobre Borges, el escritor. Bien hecho, que lo saques de libros de la biblioteca, lo quiero para hoy a las ocho de la noche. Y le pones todas las bibliografías, mínimo quince.
Esto último enfureció a Julia, pensaba que podría hacerlo para otro día, aquella noche habría una fiesta muy esperada por el fin de cursos.
-Si, profesor. Lo haré.
Se despidió el profesor y salió del aula.
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Antes de ir a la biblioteca Julia decidió entrar al café donde se reunía muy a menudo con sus conocidos. Saludó a todos y todas.
-¿Oye, güey, como te fue en tu examen? Le preguntó un amigo.
-No mames, ese pendejo me volvió a reprobar –Contestó Julia.
-¡En serio!, ¡no mames!...eso quiere decir….-Dijo el otro chico.
-No, vaya, no te preocupes, ni al caso. Quedamos en que me dejó un trabajo y ya listo.
-¡Ah bueno!, ¿y para cuando se lo tienes que entregar?
-Ese es el pedo, que el pendejo lo quiere para hoy mismo a más tardar a las 8.
-No mames, ¿Cómo crees?, ¿entonces no irás a la party? –Preguntó el chico.
-No mames, si voy, ¿Cómo crees que no voy a ir?, ahora mismo me voy a hacer esa madre. Y pues bueno, me tengo ir ya, tengo que terminar pero nos vemos al rato.
Y diciendo esto Julia termino su café y apagó su cigarro. Se despidió de sus conocidos y emprendió uno más de sus pocos viajes a la biblioteca.
Aquel lugar le pareció inconcebible, había una horrenda quietud y silencio interminables que corroían sus adentros en apenas breves instantes. Había gente en los estantes buscando volúmenes, otros más, yacían en mesas haciendo apuntes o consultando. Sacó su celular; <
Primero buscó en cierta sección, pero los autores y títulos que encontró no se parecían en nada con lo que buscaba. Entonces tuvo que ir a otra más y obtuvo el mismo resultado. Preguntaba a otros que se encontraban cerca, le respondían que no conocían a tal autor y cosas por el estilo. Estando en otra sección se acercó a una chica, Julia le preguntó si conocía al escritor Vorjes, la chica al principio dijo que no, pero le sugirió que mejor buscara en el área de literatura en vez de la de matemáticas.
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En el área de literatura fue revisando los títulos, en la V encontró a Víctor Hugo, a Viktor Frank, a Virginia Wolf y muchos más; pero no lograba encontrar a “Vorjes”.
Se acercó a preguntar a otra chica que estaba por ahí.
-Oye, amiga, una molestia, ¿conoces a Vorjes? ¿o donde puedo encontrar sus libros? –Dijo Julia.
-Si, sus libros los encuentras en la B, hay varios –Dijo la chica.
-No creo, me imagino que debe ser en esta –Replicó Julia
-No, entonces no sabría decirte, ¿no lo tienes escrito?
Julia le enseño su celular a la chica.
-¡Oh!, si, ya sé, es que lo escribiste mal, no es “Vorjes” es “Borges”. Y lo encuentras en la B, hay varios de él. Yo también un día pensé que Borges era con V.
Julia agradeció, en realidad apenas tenía idea de lo que iba a hacer. Quizá aquella chica si tuviera razón, en las veces que asistió oyó al profesor mencionar a ese sujeto.
Julia pudo encontrar libros de ese señor, pensó que habrían pocos y podría justificarse con el profesor, pero el condenado de Borges escribió muchos libros y también otros habían escrito muchos libros sobre el. No sabía bien que hacer, consultaba al azar los que le parecían importantes. Pronto, la mesa donde estaba se lleno de libros y apuntes, Julia sentía que algo no funcionaba bien, como si los engranajes de todas esas situaciones no giraran adecuadamente. Apenas a las 7:30 pudo terminar y llevar su trabajo.
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El profesor leyó paciente todas las hojas. Julia pensó que poner muchas hojas sería suficiente para tener una buena calificación. El catedrático estaba meditabundo, un monótono reloj prolongaba la muerte en vida de Julia. Mientras aquellos lentos momentos transcurrían, Julia repasaba mentalmente su ropa para saber que usar.
-Bueno Julia, al menos se ve que si consultaste algunos libros, aunque tienes faltas de ortografía y otras cosas. Tienes siete.
-Muchas gracias maestro, por la oportunidad.
Y sin pensarlo más veces Julia salió de aquel lugar.
Llegó a su casa a arreglarse, ella era en verdad bonita. Aunque algo tarde pudo llegar a la fiesta tan comentada. Conocía a todos, se tomaba fotografías, comentaba con sus cercanos los últimos acontecimientos sociales de vital trascendencia, baila, reía, en fin; era muy feliz. Algo dentro de ella le indicaba que ahí, en esas horas todo marchaba bien, que se sentía en verdad consigo misma, que todas aquellas cosas eran su verdadero ambiente, su contexto; donde ella era moradora.
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