lunes, 1 de septiembre de 2014

CAPÍTULO VEINTE DE "EL CLUB DE LA LUCHA" de Chuck Palahniuk

Estaba leyendo el capítulo veinte de la novela "El club de la lucha", y en el curso de la narrativa de Palahniuk, ya no leía, me leía.

"Tenía veintiuno o veintidós años. Realizaba prácticas en un hospital privado. Yo bostezaba, era sábado por la mañana y el paciente con el que trabajaba –un junior, lesionado medular- me dijo: “Tú no haces lo que te gusta, tú estás aquí porque tus papás  ya no te quieren en tu casa”. Que hijo de toda su puta madre, no tenía humildad, ni aún cuándo se salvó de quedar cuadraplégico de por vida. ¿Y yo? Yo, yo no tenía huevos en esos días, pero sus palabras fueron una bofetada; o que me escupieran y quemara.
Desde luego, elegí lo que elegí porque quise y lo amo, pero estaba anestesiado en mi propia idiocia. Fue como el primer respiro –doloroso- después del coma.

Hoy es distinto, y mejor, mucho mejor.

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