M A R I A
Puebla se destiñe en lluvia.
La noche fluye en causes urbanos
que refleja luces
e incipientes sentimientos.
Quisiera, María,
no pensarte en el curso impredecible de las gotas
o entrever las líneas de tus manos
como el follaje alicaído de árboles dispersos.
Hay vaguedad entre la lluvia
y tiempo indefinido.
A intermitencia, María,
la piel del cielo eres
y creo verte entre cortinas de agua.
Llueve, llueve y llueve,
anegando tu ausencia,
y sólo escucho, María, María, María.
***
La madrugada enmudece.
Las calles en quietud.
Tímidamente perturba esta serenidad
cualquier pensamiento tuyo:
Tú caminando en la lluvia
o la lluvia en tus relieves descendiendo.
Quedas como pequeña gota refulgente.
Quedas en espejos de agua.
Te destiñes en Puebla,
tú y la noche,
apenas serán mañana un efímero rocío, María.
6 comentarios:
María, María, María.
Jorge Isaacs tenía mucha razón en comparar a María con la belleza natural de Colombia. Por supuesto, Puebla no se queda atrás, María es una belleza más bien mexicana, ese candor de su piel, el cabello y los ojos, yo conozco una María que le hace honor a su nombre :).
Salud por Máría y las tardes plomizas de Puebla. Salud, salud.
Hermosotu texto, me recordó a Rulfo. Es bello tu texto, mucho... me encantaría ser María...
besoss
Exquisito!!! Me has dejado impactada.
Hasta me dieron ganas de pararme en la lluvia.!!
Infinitamente bello. Maravillosa comparación. Un abrazo
Como siempre, es un gusto pasear por este Estatuario Soleado. Sólo que hoy me quedo con una pregunta: con estas imagenes y estas letras, ¿quién no amaría a María?
Me gusta el agua en descenso por el cuerpo.
Bonito, todo bonito.
Un saludo.
Argelia.
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