¡QUÉ EL FIN DE LA JORNADA de otoño sea penetrante! ¡Ah, penetrante hasta el dolor! Porque hay ciertas sensaciones deliciosas de las que lo vago no excluye la intensidad; no hay punta más acerada que la del infínito(...)
(...)¡Ah! ¿Habrá que sufrir eternamente o eternamente huir de lo bello? Naturaleza, encantadora sin piedad, rival siempre victoriosa, ¡déjame! ¡Césa de tentar mis deseos y mi orgullo! El estudio de lo bello es un duelo en que el artista grita de espanto antes de ser vencido.
Ch.Baudelaire. "El spleen de París"
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