jueves, 13 de agosto de 2015

THE CATCHER IN THE RYE, JEROME DAVID SALINGER




TITLE: THE CATCHER IN THE RYE (EL GUARDIÁN ENTRE EL CENTENO)
AUTHOR: Jerome David Salinger (United States of America)
YEAR OF PUBLICATION: 1951


For the third time I read "The Catcher In The Rye", written by Jerome David Salinger, and by general opinion, it is considered a classic work in the contemporary literature of the United States of America. 
Like many books in their beginning, "The Catcher In The Rye" caused a lot of controversy due to the topics that the story depicts. Sex, alcohol, some kind of profligancy, or unadapted social behaivor, for example. All the before mentioned caused a breakdown in the conservative society of that time.
In some senses, this book encompasses and deals with the universal topics that other literary masterpieces have done. Such things that define us as humans, for instance, the blue, the loneliness, the constant quest of identitiy and self-questioning and the non-sense sensation in a caothic world. Likewise, this Salinger's work represents some rejection or rupture point with some traditional values, a confrontation with the consumerism, the social fakeness, the success and happiness definitions, and maybe implied; the value of education. Through the whole book we will testify all of this in the situations and dialogues that the main character sustains. And it is in this point, for me, in which "The Catcher In The Rye has its great and most outstanding merit that supports the points previously stated. 
But wherther or not this book has  subersive or challenging content, Salinger wrote one of the best characters in the literature with an undeniable identity: yes, he is Holden Caulfiel, the catcher in the rye. Known and read in first person, the reader will  deal with the features of the book anteriorly referred, but by doing so in a hilarious, sarcastic and vivid narration that portraits Holden's mind. One could read many characters within a lot of stories, but among them, one could identify to Holden Caulfield by the hand of Salinger. What I mean, is that the reader will hate or love to Holden Caulfiel due to his nitid and honest personification, and also, due to -I would like to think so- that Salinger's really known his character, and more than a character, he conceived a real human being -as anybody of us- with all the issues of life. That is to say, someone with fears, doubts and uncertainity, with merits and mistakes, and in constant changing. 

miércoles, 17 de junio de 2015

I DO NOT MAKE LOVE, I FUCK HARD

Leía a Fromm,
ignoro porqué,
cuándo ella, de animal print,
me ofrecía sus caderas.
¿Quién soy yo para despreciar?
Güera, ginger, hoy castaño claro
y unas piernas de cerveza ambar.
Podría escribirle poesía
crucificarla
o hasta consolarla en mi hombro.
Abrazo su soledad
quizá pueda lamer sus heridas
pero yo no vine a salvar a nadie.
Escancio mi soledad entre sus muslos
escribiré sobre sus nalgas y senos
y lo intrincado de su razón,
¿perversa?, ¿demente? quizá,
obsesiva en su búsqueda.
Quiero emborracharme de su penumbra
mirar sus monstruos
hojear sus dioses y cortezas,
no compartimos la misma insania
pero habitamos el mismo deseo de la piel.

viernes, 29 de mayo de 2015

LAS VENTAJAS DE SER INVISIBLE - STEPHEN CHBOSKY





TITULO: LAS VENTAJAS DE SER INVISIBLE
AUTOR: Stephen Chbosky (Estados Unidos)
NÚMERO DE PÁGINAS: 263
AÑO DE PUBLICACIÓN: 1999

“Las ventajas de ser invisible” nos plantea la historia de un adolescente que entrando a la preparatoria irá creciendo y descubriendo la vida en su dimensión más real, esto, en la medida en que su posición social lo permita. Sin embargo este chico, Charlie; ha pasado algunas situaciones que han hecho su existencia un tanto complicada, y que configuran en buena medida la base para su historia. Un amigo que se suicidó y la muerte y el abuso sexual por parte de un familiar de Charlie (quien no obstante, lo recuerda con cariño) harán que el hilo narrativo pueda desarrollarse en la cotidianidad del protagonista, quien conocerá y hará nuevos amigos, irá a fiestas, se enamorará entre tanto, en fin, experimentará esas sensaciones agridulces de un crecimiento inevitable.

Es una lectura muy sencilla, muy propia para adolescentes que quieran adentrarse en alguna historia entretenida o en quienes se busque la forma de “inculcar” el hábito de la lectura (repudio la frase “inculcar el hábito de la lectura”). Con un mecanismo de entradas de diario, Charlie, nos irá permitiendo descubrir el alcance de sus pensamientos. Incluso, existen en el libro algunos boquetes de profundidad, de, digámoslo así, cierta sapiencia.

 Algo que me parece digno de remarcar, es que aunque este libro esté pensado en cierto grado para adolescentes y que la forma de un diario sea un tanto simple, es que hay ciertas aristas que vale la pena mencionar y enriquecen más allá de una narración lineal. El primer ejemplo, es el booktrack, es decir, que en el libro figuran ciertos elementos musicales que pueden darle “profundidad” a la historia. De este modo, son mencionados exponentes del rock clásico como Procol Harum, The Beatles, Genesis, etc. Si bien no es un homenaje por si mismo a los géneros o intérpretes, si ofrece cierto refinamiento del cual uno decida o no escuchar las pistas propuestas. Lo segundo, dado que una de las facetas de Charlie es ser un lector voraz, es que se hace mención de novelas que son emblemáticas de cierta generación o sobre ciertos temas. Así, sabremos de “El extranjero“ (A.Camus), “El guardián entre el centeno” (J.D.Salinger), “En el camino” (J.Kerouak), “El almuerzo desnudo” (W.S.Burroughs), hasta el “Gran Gatsby” (F.S.Fitzgerald), y como no; algo de Shakespeare. En cierta medida, y pienso que podría aplicar para todos los lectores, pienso que esto  es la descripción de la relación inevitable que hay entre la madurez y las lecturas con las que uno se va topando o eligiendo. Incluso, las mencionadas obras de Salinger, Burroughs y Kerouac, -para quien las haya leído- son un Charlie implícito, aunque en la novela en sí, él jamás haga un comentario más allá de que disfrutó tal y cual libro.

“Las ventajas de ser invisible” es un libro bonito, en cierta forma atrevida, y muchos nos iremos reflejando-leyendo en las líneas y entre líneas. De qué, si no, se trata la vida sino de crecer, equivocarse, sobre la amistad, y todo eso a lo que uno a veces decide asomarse más: el sexo, el amor, la homosexualidad, las drogas, el alcohol, en fin; el hecho de vivir y ser partícipe de la existencia –o las existencias.


Dejo el siguiente extracto:


“(…) Y podríamos sentarnos y hacernos preguntas y sentirnos mal por los demás y culpar a un montón de gente por lo que hicieron o no hicieron o por lo que ignoraron. No sé. Supongo que siempre habría alguien a quien culpar. Quizá si mi abuelo no le hubiera pegado, mi madre no sería tan callada. Y quizá no se habría casado con mi padre porque él nunca levantaba la mano. Y quizá yo no habría nacido. Pero me alegro de haber nacido, así que no sé qué decir al respecto, sobre todo porque mi madre parece feliz con su vida. Y no sé qué más se puede pedir.
Es como que, si culpara a mi tía Helen, tendría que culpar a su padre por pegarle y al amigo de la familia que le hacía cosas cuando era pequeña. Y a la persona que le hacía cosas a él. Y Dios por no detener todo esto y cosas que son mucho peores. Y que no iba a ninguna parte. Porque no se trababa de eso.
No soy como soy por lo que haya soñado y recordado sobre mi tía Helen. Eso es lo que comprendí cuando las cosas se quedaron en silencio. Y creo que es muy importante saberlo. Hizo que todo se aclarara y encajara. No me malinterpretes. Sé que lo que pasó fue importante. Y necesitaba recordarlo. Pero es como cuando mi médico me contó la historia de dos hermanos cuyo padre era muy alcohólico. Un hermano se convirtió en un próspero carpintero que nunca bebía. EL otro hermano acabó siendo un borracho perdido como su padre. Cuando le preguntaron al primer hermano por qué él no bebía, dijo que después de ver lo que la bebida le había hecho a su padre, nunca había podido ni probarlo. Cuando le preguntaron al otro hermano, dijo que creía que había aprendido a beber en las rodillas de su padre. Así que supongo que somos quienes somos por un montón de razones. Y quizá nunca conozcamos la mayoría de ellas. Pero aunque no tengamos el poder de elegir de dónde venimos, todavía podemos elegir a dónde vamos desde ahí. Todavía podemos hacer cosas. Y podemos intentar sentirnos bien con ellas.
Creo que si alguna vez tengo hijos y están enojados, no les diré que la gente se muere de hambre en China ni nada parecido porque no cambiaría el hecho de que estén enojados. E incluso si otra persona la tiene mucho peor, eso realmente no cambia el hecho de que tú tienes lo que tienes. Bueno y malo. Como lo que mi hermana dijo cuando yo llevaba ya una temporada en el hospital. Dijo que estaba muy preocupada por ir a  la universidad, y en comparación con lo que yo estaba pasando, se sentía muy tonta. Pero no sé por qué se iba a sentir tonta. Yo también estaría preocupado. Y en serio, no creo que yo la tenga mejor ni peor que ella. No sé. Es diferente. Quizá sea bueno poner las cosas en perspectiva, pero a veces, creo que la única perspectiva es estar allí de verdad. Como dijo Sam. Porque está bien sentir cosas. Y ser tú mismo al respecto.
Cuando me dejaron salir ayer, mi madre me trajo de vuelta a casa en coche. Era mediodía, y me preguntó si tenía hambre. Y dije que sí. Entonces me preguntó qué quería, y le dije que ir a McDonald’s como solíamos hacer cuando era pequeño y me ponía enfermo y me quedaba en casa en vez de ir al colegio. Así que fuimos.  Y fue muy agradable estar con mi madre y comer papas fritas. Y más tarde, esa noche, estar con mi familia durante la cena y que las cosas fueran como habían sido siempre. Esa fue la parte más increíble. Que todo continuaba. No Hablábamos de nada serio ni ligero. Solo estábamos juntos. Y eso bastaba.
Bueno, hoy mi padre fue a trabajar. Y mi madre nos llevó a mi hermana y a mí a comprar cosas de último minuto para mi hermana por qué se va a la universidad dentro de poco. Cuando volvimos, llamé a la casa de Patrick porque había dicho que estaría de vuelta para entonces. Sam contestó al teléfono. Y fue muy agradable volver a oír su voz.
Más tarde, pasaron por la casa en la camioneta de Sam. Y fuimos al Big Boy igual que hacíamos siempre. Sam nos habló de su vida en la universidad, que parecía muy emocionante. Y yo le hablé de mi vida en el hospital, que no lo parecía. Y Patrick hizo bromas para que todo el mundo fuera sincero. Después de irnos, nos subimos en la camioneta de Sam, y como Sam me había prometido, nos dirigimos hacia el túnel.
Alrededor de un kilómetro antes de llegar al túnel, Sam detuvo el coche y yo me subí atrás. Patrick puso la radio muy fuerte para que yo pudiera oírla, y mientras nos acercábamos al túnel, escuché la música y pensé en todas las cosas que la gente me ha dicho durante el último año. Pensé en Bill diciéndome que yo era especial. Y en mi hermana diciéndome que me quería. Y mi madre, también. E incluso en mi padre y mi hermana cuando estaba en el hospital. Pensé en Patrick llamándome amigo suyo. Y pensé en Sam diciéndome que hiciera cosas. Para estar realmente allí. Y pensé sencillamente en lo quería que era tener amigos y familia.
Mientras entrábamos en el túnel no levanté los brazos como si volara. Solo dejé que le viento me corriera por la cara. Y empecé a llorar y a sonreír al mismo tiempo. Porque no podría evitar tanto amor como sentía por mi tía Helen por comprarme dos regalos. Y tanto deseo porque el regalo que le había comparado a mi madre por mi cumpleaños fuera muy especial. Y porque mis hermanos y Sam y Patrick y todos fueran muy felices.
Pero sobre todo, lloraba porque de repente fui consciente del hecho de que era yo el que estaba de pie en ese túnel con el viento corriendo por mi cara. Sin preocuparme de ver el centro de la ciudad. Sin ni siquiera pensar en ello. Porque estaba de pie en el túnel. Y estaba realmente allí. Y aquello era suficiente para hacerme sentir infinito(…)

sábado, 16 de mayo de 2015

AZTECA - GARY JENNINGS



TITULO: "AZTECA"
AÑO DE PUBLICACIÓN: 1980
PÁGINAS: 867
AUTOR: GARY JENNINGS - ESTADOS UNIDOS

“Azteca” es un libro del que escuché hablar muchas veces en entornos familiares así como entre algunos conocidos. Muchos comentaban su asombro de esta “novela histórica”, remarcaban los pasajes que más les habían impresionado y así, mucho, mucho ruido. Finalmente, leí dicho título y lo siguiente fueron mis impresiones.

Gary Jennings nos presenta “Azteca” en la forma de una narración en primera persona. Justamente un mexica o azteca que en propia voz irá describiendo algunos aspectos de su vida antes de la llegada de los españoles. Este azteca –Mixtli-, ha sido un sobreviviente y testigo de la conquista, e irá compartiendo los fragmentos dispersos de su vida a manera oral ante un grupo de monjes y misioneros, encomendados por el rey de España.
De esta manera, las casi novecientas páginas del libro relatan un hito de memorias, sucesos y experiencias de un hombre. En medio de este funcionamiento, el lector –sobre todo el mexicano- se irá topando con ciertos conceptos que siguen vigentes en nuestra cultura, ya sea el uso del lenguaje, lugares como Coyoacán, Tlaxcala o Cuernavaca, y por ahí muy escondido, La Maliche y Juan Diego.

Aunque esta novela, de cierta forma histórica, pudiera parecer difícil, es en realidad una lectura muy accesible que fluye sin mayor complicación entre algunos hechos históricos de la conquista de Tenochtitlán y la vida prehispánica de México. “Azteca” goza de esa inmediatez que caracteriza a los best-sellers, y es por ahí dónde muchos se pueden enganchar, inclusive no siendo lectores frecuentes. “Azteca” es idónea para quien busque una historia de largo plazo, entretenida, llena de diversos hechos y acción.

Ahora bien, siendo un poco más estrictos, a mí me pareció que el mecanismo narrativo se vuelve insuficiente, o más bien, repetitivo, todo transcurre en la psique del protagonista mediante la sucesión de estos capítulos narrados, lo que en dado momento, al menos personalmente, me comenzó a aburrir.  Y es ahí donde no se percibe mayor esencia. Mixtli es leído como una serie de hechos pasados y sin la mayor complejidad, no se le percibe una mayor humanidad.
Segundo, algo que siento que demerita la historia, o la hace menos fuerte -sin cuestionar si esa era o no la intención del autor (parece que el autor vivió doce años en México, con el fin de investigar para escribir la novela)- es el hecho de un protagonista que se enfrentó a un evento que marcaría no sólo su vida, sino que cambió el curso y la vigencia de una civilización. Vivir, atestiguar y sobrevivir a una conquista, para que luego otras creencias y formas de vida sean impuestas, es un conjunto de experiencias que en primeros términos resulta incomprensible. Imaginemos que en dado momento nuestra civilización contemporánea se ve conquistada por una raza superior, con la consecuente imposición de ideas y religión, etc. ¿Cómo manejar tal reseteo titánico? ¿cómo reaccionar a un fenómeno sin precedentes? La respuesta desde luego no es inmediata, y en “Azteca”, algo de esto ocurre como cualquier otra cosa. Leemos a un Mixitli relatando memorias sin más, como hechos aislados sin relación con un futuro –presente- donde todo cambió desmesuradamente.


En conclusión, “Azteca” puede ser el ejemplo del libro bastante entretenido, que de cierta forma, marcó un lapso en la visión literaria de cierta generación (algo cómo “Caballo de Troya”). Vaya, gente común que sólo buscaba una historia en la que hundirse placenteramente, con lo cual estoy de acuerdo, así sea ”Azteca”, P. Cohelo, o las sombras del Gray (Borges defendía la lectura hedónica, ante todo). Y bien, “Azteca” puede  proporcionar de estos hundimientos tan ricos. Con algo de morbo, y seguro por la publicidad de boca en boca, este libro gozó –y parece que todavía- de una popularidad en cierta forma continua. Sin problema, la mayoría de los lectores no quisquillosos se irán perdiendo en sus páginas, sobre todo si hay que enfrentar muchas horas de autobús o vuelo. 

viernes, 24 de abril de 2015

El CLUB DE LA PELEA - CHUCK PALAHNIUK





La primera vez que leí “El club de la pelea” –en esa vez, era “de la lucha”- fue en  formato digital y que dicho sea de paso, ya para ese entonces, la forma y el hábito de los e-books se habían consolidado en mí. No sé si soy yo, sin embargo; pero la lectura digital me deja cierta sensación de vertiginosidad, de como si las páginas se me hubieran escurrido entre los dedos y los ojos, y en mi memoria quedara algo menos. Ahora bien, recientemente he releído “El club de la pelea” en analógico, sí, en papel, y acaso mi vivencia de la historia fue mucho mejor.


Más allá de presentar o no presentar una aversión a los tiempos modernos de hiperconsumismo, megalomanía y megaconectividad, esta primera obra del norteamericano Chuck Palahniuk tiene méritos artísticos suficientes y loables, independientemente del contexto ideológico. El bastión fuerte de “El club de la pelea” es el matiz y desdoblamiento psicológico, ese héroe-antihéroe que es Tyler Durden y a la vez no lo es. Así, mediante este engranaje, Palahniuk entreteje un juego de personalidades y hechos que se desdoblan en una historia de sabotaje para el consumismo y estulticia de la sociedad occidental contemporánea. Un oficinista –un godinez- es el encargado de urdir el plan maestro para el complot ideológico. El oscuro proyecto consistirá en organizar clubes de la pelea por todo el país, diseminar una especie de ideología de renovación,  hasta dinamitar algún edificio importante; y aún hacia más largo plazo, acabar con la “sociedad del progreso” como la concebimos.

Es una lectura sencilla, y no obstante, es esto una de sus principales virtudes. En ese estilo llano, y oscilando entre la violencia y un juego de introspecciones y extrospecciones;  existe un matiz ácido e hilarante en el hilo narrativo, sin que en algún momento el lector se aburra.  Palahniuk supo construir de manera perfecta el tono de la novela, que se ejecuta sin que le sobren o falten capítulos, o bien, que caiga en lugares comunes y frases forzadas. 

Finalmente, “El club de la pelea” es idóneo para el lector que busque una historia irreverente y original, con un fuerte componente de la psique del protagonista. El juego psicológico, de personalidades, podría describir a cualquier persona que quiera enfrentar sus debilidades, miedos y obsesiones, y consciente de ellos -o inconscientemente-; crear en dado momento el Mr. Durden que que emancipe de las formas inservibles para alcanzar la renovación, y aún tal vez…arder de nuevo. 






sábado, 4 de abril de 2015

EL OTRO

“Soy esta conciencia, soy este momento. Soy en el reflejo una disección dentro de lo que es. Un espejo en el techo, soy estas paredes, este cuarto, soy –momentáneamente- también el cuerpo junto a él, o la imagen del cuerpo junto a mi, perfecto en su dimensión. Ella habla, lo cuestiona, quien le responde como puede. La hilaridad ha siempre de sus mejores recursos…”

Anahin se arrellana hacia mi, dice que tiene frío. Conversamos, pero me sigo dividiendo.

“…ese cabrón ni la quiere. Ni la podría querer. Ya sabía esto. Él es delgado, pero ha trabajado el torso y los brazos. Maldito exhibicionista, tú, se veía en el espejo de la pared: sujetándola a ella por las caderas al momento de los cuatro puntos, admirándose la musculatura de los antebrazos, la línea del tríceps al ejercer fuerza. Fue mejor de lo que esperabas –sólo el sexo-, aunque predecible. Todo es esta escena aparte, pero también la misma…”

-¿Y qué piensas de mí? ¿Por qué te gusté? –Me pregunta Anahin-, ¿Qué pensabas antes? Estábamos más chicos.
Coloca su cabeza sobre mi pecho, la tapo con la colcha. Tengo ambas manos bajo la cabeza a modo de almohada. Estoy desnudo, pero no tengo frío.

-No pensaba que hubieras cambiado tanto. Para bien, para mejor, eres otra.

“...¿pensar de qué? ¿En serio pensabas algo mejor que todo esto? No sé porque están ahí, tú abajo, yo aquí. Soy independiente, soy la extensión -¿involuntaria, seguro?- de lo que no puedes decir, pero sí sientes…”

-Pasó mucho tiempo, no pensé que aún te gustara –Me dice.

¡Ja!, ¿que te gustara aún? Apenas se vieron antes y se escribieron por celular. La atontaste con algunas frases de cagada, ¿pero?, ¿pero?. Yo existo y soy lo otro. Lo diferente pero lo mismo…”

-¿En que piensas?, ¿qué me escondes? –Me pregunta besándome la mejilla.

-Nada, pues sí, aún hay atracción, o algo así. A veces no hay respuesta para todo. Pero no te preocupes.

Estamos boca arriba. Nos quedamos mirando. Me comienza a besar el pecho, un pecho no pelo en pecho, y va subiendo a mi cuello. Cierro los ojos y necesito perderme, los abro de nuevo y ahí está él o yo en el espejo. Estamos. No importa, me volteo, la beso en los labios hasta descender a su cuello. Le quito la colcha, mis manos, que no son grandes, son suficientes para abarcar sus senos. Pero mejor una de mis manos apresa su mano colocada en mi pecho para obligarla a descender. Ahí está bien, me masturba. Continuamos y después ella se sube en mí. Me vuelve a besar el cuello, abro los ojos, nos reflejamos. Su espalda, sus nalgas, el hueco poplíteo, la extensión de su piel clara contrástando la mía bajo el sol de muchos domingos de fútbol llanero. Nos veo de soslayo en el espejo, quisiera creer que no somos los del reflejo. “…¿Quisieras creer? Somos una conciencia dividida…” pero somos lo mismo. Anahin me pasa un condón, lo abro y me lo pongo. Ella comienza a acabalgarme, pero esta vez sus movimientos iniciales son rápidos. “…¿en serio pensabas que somos el mismo? No, yo no respondo con tu vehemencia, con tus impulsos…”  Anahin se mueve más violentamente: su carne trémula, sus gemidos anulan el mínimo ruido previo. Reverberan en el espejo. “…espérate, ¿Por qué me arrastras?...” Cierro los ojos, con mis manos en sus nalgas muevo más a Anahin. Me abandono desde mí, abro los párpados un instante, el reflejo inmutable, “…no tiene caso seguir diviéndonos. Tú gobiernas, tú, en el amplio de tu organismo y su pensamiento.” Todo se va anulando, sólo nosotros, Anahin gime más fuerte llevando todo hasta el final. Nos veo en el espejo del techo, pero no me importa, volvemos a ser el mismo original. 

domingo, 1 de marzo de 2015

FLUIR ENTRE LOS PROBLEMAS






Lavé el auto en la tarde de este día. En dicho proceso, todo salió perfecto, es decir, todo normal y bien, porque cuando uno lava el auto en realidad son pocas las veces que acaecen eventos más allá de lo normal o que superen los parámetros de control humano, y que al final, nos lleve a obtener un dinosaurio o encontrarnos oro entre los rines.
Como sea, ya había terminado de lavar el auto y únicamente finalizaba aplicando silicón a los acabados de plástico y neumáticos. La crema de silicón que utilizo venía contenida en un recipiente plástico bastante endeble, y que ya de por sí se encontraba roto de algunas partes. (Aquí es donde los estándares de normalidad, a la hora de lavar el auto, colapsaron).
Ya cuando estaba guardando todo manipulé dicho recipiente de una forma no tan brusca, pero que fue sufuciente para que en la parte inferior se abriera un boquete, ¡y plas!, parte del silicón se desperdigara y quedara una plasta informe de vómito industrial. Reaccioné y enderezé el recipiente lo más rápido posible, de modo que ya no perdiera más silicón. Su puta madre, fue mi respuesta automática, y tras mascullar no se cuanta estupidez, pues traté de solucionar el problema.
Y ahí estaba todo, en solucionar el problema. 

Primero pensé en taponar el boquete, ¿pero como?, con una bolsa se siguió saliendo, y quizá usar cinta adhesiva hubiera constituido una solucion provisional puesto que el silicon hubiera terminado por vencer a la cinta. No, por ahí no iba. Luego pensé en un bote de aluminio (vacío, claro está) de café soluble, pero me pareció poco óptimo, porque luego tendríamos que sacar el silicón a cucharadas o de alguna forma nada práctica. However, me encontré al momento con un bote de cloro, de tapón y rosca estrechos (que al menos permitiría una mejor dosificación que el bote de aluminio). Fue rápido, simplemente pasé el silicón restante a dicho bote con la ayuda de un embudo y punto. Sin embargo, el hecho remarcable en todo esto, fue que incluso el dosificador original del silicón pudo adaptarse al nuevo bote (con un ligero recorte del tubo) y que al final terminó resultando más práctico. Ahora, cuando vuelva a comprar silición en contenedores tan frágiles, simplemente rellenaré el nuevo bote que implementé.

Pues bien, así tratemos de ser con los problemas. Quizá en una primera fase podamos mentar madres, pero que esa primera fase no se prolongue, y sepamos encontrar un solución. Adecuarnos, adaptarnos, y usar lo que haya a mano de la mejor manera. Esta situación del bote y el silicon desperdiciado me perció muy ad hoc. Y como ya me ha ocurrido en otras circunstancias, trabajé la situación con la misma frialdad, precisión y enfoque de un neurocirujano reparando la inervación de los músculos de la mano. Y esto, más otras consideraciones, puede ser aplicado para problemas mayores de la cotidianidad. Frialdad, precisión, enfoque. Fluir entre los problemas, fluir, fluir, pasa que a veces no podemos emitir todo ese caudal de empuje que quisieramos, ya sea por los obstáculos y demás, pero tal como el agua, ese caudal puede dosificarse, y fluir y filtrarse en su totalidad entre los resquicios de la adversidad, hasta que tras un esfuerzo -goteo- contínuo, el resultado se concrete. 
Fluir.