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Luces y amalgamas de color, ráfagas centelleantes, humo, un tubo refulgente de varios metros. Sensualidad, morbo, erecciones, chiflidos, encaje, y como entrada; el blues Since I’ve Been Loving You. Y cierto centro de entretenimiento masculino.
Working from seven to eleven every night,It really makes life a drag, I don't think that's right.I've really, been the best, the best of fools, I did what I could.
Versión en vivo, sorprenden Plant en las vocales y Page con la Fender. El inicio es lento, suave, incluso por momentos; dulce.
cause I love you, baby, how I love you, darling, how I love you, baby,How I love you, girl, little girl.
Una mujer de corto y entallado vestido rojo translucido, en la tarima del tubo, seduce bailando. Repta por el suelo, pega su pubis al plateado metal como masturbándose.
But baby, since I've been loving you, yeahI'm about to lose my worried mind, Oh, yeah!!!
La miran, pero para alguien – él -, esa canción, como cualquier otra de aquella banda, puede sugerir un himno que a las primeras notas reconoció. -¡Que buena está! –Piensa él. ¿La mujer o la canción?
Everybody trying to tell me that you didn't mean to me no good.I've been trying, lord, let me tell you, let me tell you I really did the best I could.I've been working from seven to eleven every night, I said it kinda makes my life a drag, drag, drag, drag!!Lord, that ain't right
Ella se comienza a desnudar, el público masculino espera ávido, escùchanse todo tipo de cosas. Él sigue la letra, ella se quita lentamente la transparente prenda quedando en lo mínimo, se toca, ofrece su cuerpo al goce visual, va tan bien al ritmo de ese blues. Mueve lento las caderas, como lenta va la canción, los tacones hacen que se torneen sus piernas, se agacha sugiriendo la sodimizaciòn, quizá se halla dado cuenta de que él conoce la pieza, y que aquellos minutos sean una espiral de placeres que poco a poco encuentran el centro.
Since I've been loving you,I'm about to lose my worried mind.
Entonces, como él únicamente lo puede anticipar, llega el auge del deleite, algo cercano a lo definitivo del espectáculo. Después de las líneas anteriores la música toma un cariz dramático. Page hace que la guitarra sangre desde las seis tensas cuerdas, breves segundos que valen una vida. La mujer baja de su cintura el único tapujo que le quedaba. Yaciendo en el suelo, arquea su espalda, abre las piernas entregando sus cuatro labios, apenas se distingue un vello, que intrincado y finito, asciende mínimo por su pubis. Ella se toca, recorre con sus manos el surco inguinal, junta sus senos ofrendándolos en la mesa donde está él; y él sabe que aquel momento es único, la canción es toda una pieza maestra. Ella parece sentir un orgasmo al tiempo del solo, la larga cabellera por momentos le oculta el rostro. Enreda su cuerpo en el tubo, trepa y nuevamente regresa a la tarima, su cuerpo muere y resucita en los distintos movimientos, todo es un conjuro que disemina en los espectadores un hechizo de toda suerte de deseos.
Said I’ve been crying, my tears they fell like rain Don’t you hear, don’t you hear them falling? Don’t you hear, don’t you hear them falling?.
Está completamente desnuda, ha regalado todo lo que pudiera dar. En un último movimiento, sobre el suelo demuestra elasticidad abriendo las piernas hasta tocar la punta de sus pies con las manos. Se incorpora, con las notas y líneas finales va acabando el show. Pareciera que todo aquello hubiera sido solo para él.
Do you remember mama, when I knocked upon your door?I said you had the nerve to tell me you didn't want me no more, yeahI open my front door, hear my back door slam,You must have one of them new fangled back door man.
Si, casi todo ha concluido. Alguien que maneja las cosas técnicas pide aplausos, ella va terminando de bailar justo en la mesa donde está él.
I've been working from seven, seven, seven, to eleven every night, it kinda makes my life a drag drag drag Baby, since I've been loving you,I'm about to lose, I'm about lose to my worried mind.
Los últimos acordes y posteriores líneas van diluyéndose en los oídos de él. Escucha la aguda voz de Plant, J.P. Jones da cuerpo e identidad con un órgano adorable, y Page secuencia las últimas notas. Quizá él algún día olvide aquella noche, donde la sensualidad se desplegó sobre una canción, por cierto, formidable, que como lo constatamos, habla de un amor enfermizo y mal correspondido. Momentos oníricos, auditivamente destacables con el que tal vez es el mejor guitarrista del mundo. En el paladar la delicia del whisky, aquel sabor que después de varias copas lo enamora cada vez más, y aquella mujer que regaló –y debemos poner en duda el término “regaló”, puesto que tiene que haber consumo- sus generosas formas: senos bien provistos y un culo sabroso y cojible. La realidad fue anulada indeterminados momentos.
Algunas horas después, al salir, él recordó la canción, aquella mujer tan lascivamente deseable, otra vez la canción; y de la misma, en su memoria se abrió un resquicio en que Since I’ve Been Loving You le trajo la reminiscencia de un romance, de una herida amorosa; todo lejano, turbio, y enfermizo. Así volvió a la realidad, aún sentía el sabor del whisky
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