Anoche el cielo sufrió y lloró
Algo auguraba desde su condición tormentosa.
Ahora el alba se recibe liberada;
virginal, fresca,
radiante otra vez.
De su laúd las tibias notas
por el cristal se filtran límpidas
alcanzando todo con mil trinos,
rocío,
y de luz versos,
que confluyendo mansamente
en un cauce de quietud hialina y mojada tierra
nos despierta sedeña y cariñosa
después del sueño esta mañana
con su leve caricia azul.
Algo auguraba desde su condición tormentosa.
Ahora el alba se recibe liberada;
virginal, fresca,
radiante otra vez.
De su laúd las tibias notas
por el cristal se filtran límpidas
alcanzando todo con mil trinos,
rocío,
y de luz versos,
que confluyendo mansamente
en un cauce de quietud hialina y mojada tierra
nos despierta sedeña y cariñosa
después del sueño esta mañana
con su leve caricia azul.
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